El PSOE apuesta por lo conocido

  • Los 956 delegados del 38 Congreso del PSOE han hablado y, siguiendo el lema de su cónclave celebrado en tierras sevillanas, "La respuesta socialista", han respondido ante la situación de incertidumbre que vive el partido dándole la manija a Alfredo Pérez Rubalcaba.

José Miguel Blanco

Sevilla, 4 feb.- Los 956 delegados del 38 Congreso del PSOE han hablado y, siguiendo el lema de su cónclave celebrado en tierras sevillanas, "La respuesta socialista", han respondido ante la situación de incertidumbre que vive el partido dándole la manija a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Han apostado por lo más conocido en lugar de por una Carme Chacón con un potencial político con recovecos aún por conocer y que pretendía enarbolar la bandera del cambio, generacional y en la forma de actuar del partido.

Pero el cambio también lo ofrecía el vencedor. Un cambio sin renegar del pasado, asumiendo errores y disponiendo al partido para batallas electorales muy cercanas como los comicios andaluces y asturianos.

Los socialistas, aunque por un estrecho margen, han apostado por la experiencia, se han inclinado por lo seguro, por lo que creen que no va a provocar movimientos estridentes.

Todo han sido vítores para Rubalcaba tras conocerse su triunfo por veintidós votos, pero en el ambiente flota la advertencia que realizó Chacón a la hora de defender su candidatura: si ella no era la elegida, la interinidad estaba servida.

Por eso, en una enfervorizada intervención, había apelado a los delegados a que no dejaran para más tarde una renovación que creía que debía hacerse ahora. Pero la mayoría ha dicho que no toca, o que la dirija el exvicepresidente.

Es imposible conocer cuánta interinidad será la que represente Rubalcaba, pero alguno de los delegados comentaba tras conocer la noticia que los secretarios generales llegan para quedarse muchos años. Siempre hay una excepción: Joaquín Almunia.

Como en todo Congreso de un partido en el que hay más de un candidato, la elección de cualquiera de ellos ha ido inmediatamente seguida de llamadas a la unidad por parte de todos.

Pero las últimas semanas, y, en especial, los últimos días han dejado jirones en las filas socialistas. Sólo hay que echar un vistazo al cruce de declaraciones que ha habido entre "rubalcabistas" y "chaconistas" en la federación andaluza, donde han llovido las acusaciones de presiones a los delegados.

Con lo que se juega el PSOE el 25 de marzo en tierras andaluzas, las consecuencias de esos rifirrafes pueden ser nefastas, con el riesgo de contribuir a que las encuestas se hagan realidad y los socialistas pierdan por vez primera este territorio y dejen a Patxi López como único dirigente del partido al frente de una comunidad.

Las dos candidaturas se daban por ganadoras. Era imposible, pero sí era cierto que las dos albergaban esperanzas de victoria, como evidenciaba el rostro de Chacón tras conocer el resultado de la votación.

También los de muchos de los partidarios de la exministra, que contrastaban con los que habían apoyado públicamente al exvicepresidente y que se identificaban fácilmente porque no podían dar más de dos pasos sin encontrarse con una mano en su camino o con abrazos más bienvenidos que nunca.

Tras la tempestad, ha de llegar la calma (no la Carme, como bromeaban algunos de sus colaboradores) y es el candidato de Felipe González, de José Bono y de Patxi López el que tiene que hacer mucho por lograrla.

También era el candidato de alguien que no lo ha expresado públicamente pero que sí lo había revelado a algunos de sus compañeros de partido, Alfonso Guerra.

Si a Guerra se le atribuyeron maniobras para que en el 35 Congreso del PSOE fuera elegido José Luis Rodríguez Zapatero en lugar de Bono, no han faltado hoy mismo los comentarios sobre el papel que también han jugado los guerristas para que Chacón no accediera a lo más alto de Ferraz.

Es imposible contener la avalancha de interpretaciones, como las que consideran que Rubalcaba era el candidato preferido por Mariano Rajoy, pero lo importante para el ganador hoy es su victoria y,como él mismo ha dicho, lograr una Ejecutiva que represente a todos.

Se trata de una de las primeras decisiones en el año cero del "rubalcabismo".

Si ayer Chacón bromeaba diciendo que se sentía como Leo Messi esquivando las patadas del madridista "Pepe", hoy Rubalcaba debe sentirse como un Mourinho con mando en plaza en su vestuario y sin que muchos se atrevan a rechistarle.

El partido que tiene por delante no es nada fácil.

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