El PSOE trabaja en el "pacto de izquierdas" para gobernar

    • Fuentes del partido contemplan ya la alianza con Podemos, aunque deben resolver el escollo del referéndum en Cataluña.
    • El pacto con ERC también queda descartado. Las combinaciones son complejas.
La Ejecutiva del PSOE, en la valoración de los resultados electorales.
La Ejecutiva del PSOE, en la valoración de los resultados electorales.

Conforme avanzaba el escrutinio, por Ferraz iba circulando una lectura clara: "El PP se hunde". La interpretación del éxito para el PSOE se ha basado en acortar los márgenes con los populares y en atisbar alguna posibilidad de pacto. Aunque lo cierto es que, una vez resueltas las elecciones, el escenario es ahora tan incierto como antes de que se abriesen las urnas. Si los sondeos avanzaban ya un complejo panorama de pactos, los resultados confirman las previsiones.

Con 91 escaños, su peor resultado histórico y lejos de los cien que se habían marcado como umbral, los socialistas se dan por satisfechos, pero la aritmética entra ahora en juego. El secretario general, Pedro Sánchez, ha emplazado al PP, como partido más votado, a intentar formar gobierno, a sabiendas de que a los populares el escenario también les resulta adverso. "Estamos dispuestos a dialogar, debatir y acordar", ha apostillado, a sabiendas de que las sumas no dan, ni para un lado ni para el otro.

Los socialistas trabajan en un pacto de izquierdas, confirman a este periódico fuentes del partido, que permita desalojar al PP. El escenario es enormemente complejo. Con Podemos (69) no se llega a la mayoría y la opción de otras formaciones se prevé complicada. Ciudadanos se descarta, ERC no se contempla. La baza de Izquierda Unida deja todo a la apuesta de las abstenciones y al previsible caso en que todos los partidos voten en contra de Rajoy incluso en una segunda votación de investidura ya que la suma de las restantes fuerzas políticas superan la mitad de los escaños.El gran escollo: el referéndum en Cataluña

La opción de buscar el entendimiento con el partido de Iglesias es clara. El secretario general socialista ofreció ya hace unos días a la formación morada un pacto que permitiese desalojar al PP de La Moncloa. También tendió la mano a Ciudadanos, rechazada por Rivera. Pero existe un escollo esencial para que esa alianza prospere: el referéndum de autodeterminación, condición para Iglesias. Aunque inicialmente no estaba previsto en el programa de Podemos, el documento final se modificó para incluir la opción de un debate ciudadano sobre"las formas de ejercicio del derecho a decidir". "Aseguraremos el derecho de los Gobiernos autonómicos a celebrar consultas a la ciudadanía sobre el encaje territorial del país", reza ahora ese texto. Esas consultas se concretan para Podemos en un "referéndum con garantías", en el caso catalán, "para que sus ciudadanos puedan decidir el tipo de relación territorial que desean establecer con el resto de España".

Pese a coincidir en diagnóstico-la responsabilidad del problema en Cataluña es de Mas y de Rajoy- ambos candidatos difieren en cómo acabar con el conflicto. Para Sánchez, esa solución pasa por la reforma constitucional. "España es diversa y plurinacional. Estamos de acuerdo en que los catalanes puedan decidir su futuro votando, y lo dice alguien que no quiere que Cataluña se vaya de España", se esforzó en aclarar Iglesias en el debate a tres. El líder emergente ha defendido con insistencia su idea de una Cataluña dentro del Estado, con una fórmula, sostiene, por la que "la mayoría de catalanes no querría irse" del país. "Pero eso lo tendrán que decidir en un referéndum", sostiene.

Para Iglesias, el referéndum en Cataluña se podría hacer sin siquiera reformar la Constitución a partir del artículo 3 de la ley orgánica que regula las consultas, en el que habla de "provincias afectadas" o a partir de "la sentencia del Tribunal Constitucional que emplaza a los parlamentos catalán y español a encontrar una solución de consenso". Iglesias ha fijado esa consulta como una condición 'sine quan non' si debe negociar un pacto postelectoral de investidura.

La posibilidad genera una enorme división en el PSOE. Algunos socialistas, como el exministro Miguel Sebastián, sí se han mostrado partidarios de una consulta al modelo escocés como vía para desencallar la situación catalana. La mayoría, en cambio, la rechazan de plano y el clima actual es casi de línea roja. "Eso no entra en el debate", zanjan fuentes del partido.

La otra cuestión que merma las opciones de un acuerdo rojo-morado es la del liderazgo. Pablo Iglesias ha insistido en varias ocasiones en que un gobierno de izquierdas habría de estar liderado por él. "Si algo ha demostrado es que se quiere a sí mismo por encima de todas las cosas", llegó a afirmar Sánchez con sorna.

En cualquier caso, sin ese voto a favor de Podemos, Sánchez no tiene posibilidades de ser elegido. La opción que podría jugar entonces el socialista sería la del nacionalismo, aunque el PNV se ha mostrado en privado favorable a dar sus escaños a Rajoy. ConCoalición Canaria, en cambio, ya gobierna en las islas. Con los convergentes, ahora Democracia i Llibertad, el acuerdo, aunque sea para la abstención, augura polémicas. Así pues, otra opción sería la de la traída y llevada gran coalición entre populares y socialistas. Tendida en su día por el PP, el PSOE la rechaza.

Pese a las dificultades para sumar una mayoría suficiente, el ambiente es de alivio en Ferraz, donde se preveía el "batacazo". Esto era, hace solo unos meses, un resultado inferior a cien escaños. En las últimas semanas, pocos apostaban por conseguir los 92 actuales. El clima lo define un militante, en vista de lo que se avecina en los próximos días. "Satisfacción, aunque contenida".Alivio para Sánchez: Díaz no arrolla en Andalucía

En conversación informal con los periodistas, el secretario de Organización, César Luena, ha despejado con un "hoy no toca" el futuro de los pactos. El partido celebra mañana una reunión de su Ejecutiva en la que se analizarán a fondo los datos electorales.

Los resultados logrados este domingo son los peores para el PSOE en su historia. Hace cuatro años, era un cabizbajo Rubalcaba el que comparecía pasadas las diez y cuarto de la noche para digerir lo que hasta entonces era la debacle del socialismo. 110 escaños. El partido perdía 60 diputados, un tercio de su representación y cuatro millones y medio de votos. La barrera psicológica se había fijado entonces en los 125 escaños que obtuvo Almuniaen el año 2000.

El segundo puesto logrado supone cierto alivio también para Sánchez. Con el liderazgo cuestionado, el líder socialista se había marcado el reto de su supervivencia en acortar al máximo las distancias con el PP. Las miradas las tenía puestas también en Andalucía. Una rotunda victoria de Susana Díaz vendría a ser su puntilla. La andaluza, que había cerrado filas en campaña con Sánchez, ha logrado 23 escaños, tres más que el PP.

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