El sector de la CUP más crítico con Mas pierde peso en la decisión de investidura

    • La Crida Constituent, proclive al 'no', contará con una decena de representantes entre 60.
    • Su participación el pasado domingo fue elevada. La decisión recae en los territorios.
David Fernández, exdiputado de la CUP, en la Asamblea del pasado domingo.
David Fernández, exdiputado de la CUP, en la Asamblea del pasado domingo.

La incógnita sobre el futuro del president Artur Mas sigue centrando todas las apuestas políticas en Cataluña. Ese desenlace está en manos de la CUP, y tiene fecha fijada en el próximo domingo, cuando la organización anticapitalista habrá de decidir finalmente si acepta que Mas encabece el Ejecutivo, después de que la Asamblea Nacional del pasado domingo acabara con un insólito empate a votos entre los partidarios de la investidura y sus detractores.

El órgano en el que el líder de CDC se juega su futuro es el Consell Politic, el 'eslabón' entre las asambleas locales de la CUP y el secretariado nacional. Lo forman unos sesenta representantes de las trece asambleas territoriales que conforman el poder de los anticapitalistas, que habrán de elevar las decisiones del correspondiente territorio. A ellos se unirán una decena de miembros de las organizaciones que integran la denominada Crida Constituent, el paraguas que agrupa hasta a 12 organizaciones con las que la CUP concurrió a las elecciones, además de los diez diputados del partido y los quince miembros del secretariado.

Estos dos últimos grupos no tienen derecho a voto. Tampoco lo tendrán los simpatizantes de la formación, sólo los militantes. Y no todos. Los pertenecientes a las organizaciones de la Crida sólo podrán expresar su opinión por medio de sus doce representantes.

El método supone una merma de su influencia en la decisión del próximo domingo. En la Asamblea de la pasada semana, la participación de militantes y simpatizantes de estas organizaciones fue muy mayoritaria. Entonces, sólo dos de ellas canalizaron en cambio la posibilidad de investir a Mas. Una de ellas es Poble Lliure desde donde se sostiene que aceptar al president es la única forma de evitar unas elecciones que supondrían un duro golpe para el procès. No obstante, el sentir mayoritario es el rechazo.

"No investir significa llegar en marzo con uno de los activos de la CUP intactos: la credibilidad. Se dijo en campaña que no se investiría a Mas, y así llegaríamos a marzo habiendo dado una lección mundial de democracia directa y con una oferta ganadora", sostiene un militante de En Lluita, otra de las organizaciones de la Crida.

Las organizaciones apoyan su negativa a Mas en que no se puede investir a alguien a quien durante años han estado combatiendo por sus recortes y envuelto en escándalos de corrupción. Incluso han llegado a proponer una alianza con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de evidente tirón tras las últimas elecciones, en caso de que esos comicios se celebrasen. Desde Barcelona en Comú la opción no se descarta, y desde la dirección 'cupera' se estudia con cautelas hasta que el escenario se confirme.

Su peso, en cambio, queda reducido a apenas una quinta parte de la decisión del próximo domingo. El resultado tampoco está claro por territorios. Las asambleas locales y territoriales del partido disponen hasta el sábado para posicionarse y nadie quiere avanzar un escenario concreto. Unas nuevas elecciones generan recelos, por la sensación de que el independentismo saldrá debilitado, sostienen fuentes consultadas por este diario, más partidarias a desatascar la investidura si Junts pel Sí firma con garantías su exigente compromiso de izquierdas.Dimite un miembro del secretariado nacional, crítico con la investidura

Las evidentes tensiones que la decisión sobre investir o no a Mas está provocando en la CUP ha provocado la primera baja en la organización. Xavier Monge, quien fuera cabeza de lista por Barcelona en 2011, y actualmente miembro del secretariado nacional, ha presentado su dimisión después de que, el martes, se mostrase crítico con el proceso soberanista al que, en varios tuits, se refirió como "el mayor fraude de la política catalana".

Monge, perteneciente a la corriente Endavant, recordaba en la red social que los independentistas "no ganamos el 27S" o que hay "un mandato inexistente, una hoja de ruta en blanco, una legislatura muerta, y todavía hablamos de investir al mayor cadáver político del momento". Una crítica evidente a la parte del partido más partidaria a investir al 'president' en funciones.

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