El Senado de EE.UU. decidido a acabar con el filibusterismo y la obstrucción

  • El Senado de Estados Unidos encara, la semana próxima, una batalla para acabar con la táctica del "filibusterismo" político cuyo uso, cada vez más frecuente, ha contribuido a la parálisis del Legislativo de la primera democracia moderna.

Washington, 14 jul.- El Senado de Estados Unidos encara, la semana próxima, una batalla para acabar con la táctica del "filibusterismo" político cuyo uso, cada vez más frecuente, ha contribuido a la parálisis del Legislativo de la primera democracia moderna.

La maniobra -"filibuster" en inglés-, consiste en hablar y hablar por horas, días, y en algunos casos hasta semanas, en el hemiciclo del Senado para impedir que el asunto sobre el que se debate pase a votación.

Si la dilación es suficiente para que venzan los plazos reglamentarios, el proyecto de ley o la decisión en suspenso quedan archivados.

Este recurso tiene su origen en una omisión de los padres de la Constitución americana quienes, cuando crearon el Congreso, no estipularon reglas claras para poner fin a un debate y someter las propuestas a votación del pleno de la cámara alta.

Para superar un "filibuster" que impida la votación de proyectos de ley o la confirmación de funcionarios del gobierno, se necesitan al menos 60 votos.

Actualmente, el Senado consta de 53 demócratas, 45 republicanos y dos independientes, por lo que la mayoría no tiene el peso suficiente para evitar el obstruccionismo de la oposición.

Pero para cambiar la regla sobre el "filibuster" basta con la mayoría simple de los votos (los dos senadores independientes en general votan junto con los demócratas).

Políticos y analistas han llamado a esto la "opción nuclear": un cambio en las reglas del Senado que pondrá fin a la posibilidad de que una minoría empecinada obstaculice decisiones que afectan a todo el Gobierno.

Las querellas de estas últimas semanas son un recordatorio del filibusterismo parlamentario que proliferó a fines de la década de 1830 en torno a la creación del Segundo Banco de Estados Unidos.

El miércoles pasado el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, de Nevada, anunció que en la semana próxima, probablemente el martes, convocará a ambos partidos para votar sobre el cierre del debate y pasar a la votación sobre la designación de varios funcionarios del Ejecutivo.

Desde que el presidente Barack Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009 los republicanos han empleado maniobras parlamentarias obstruccionistas para bloquear algunos de sus proyectos de ley, y sobre todo para impedir que se vote sobre la confirmación de altos funcionarios.

Las dilaciones no son exclusivas de los republicanos: los demócratas hicieron algo parecido cuando ellos fueron minoría en el Senado y en la Casa Blanca había un presidente republicano. La única diferencia ahora es la cantidad y frecuencia de los "filibuster" republicanos.

En esta sesión legislativa la paciencia de Obama y la cortesía de los senadores demócratas se agotaron después de que los republicanos impidieran que se votara sobre la designación de Tom Perez como secretario de Trabajo, de Fred Hochberg como presidente del Banco de Importación y Exportación (Eximbank), y de Gina McCarthy como directora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Aparte de la hostilidad de la mayoría de los republicanos hacia la EPA y el Departamento de Trabajo, los legisladores de ese partido están furiosos por la otra maniobra que usó Obama para eludir sus "filibuster".

De acuerdo con la Constitución, el presidente puede hacer designaciones de funcionarios en su gabinete, sin confirmación del Senado, cuando esta cámara esté en receso.

Obama aprovechó recesos del Senado para designar a Richard Cordray como director de la recientemente creada Oficina de Protección Financiera del Consumidor, y tres de los cinco miembros de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (otras dos agencias que los republicanos aborrecen).

El asunto se complicó meses atrás cuando un Tribunal Federal de Apelaciones en el Distrito de Columbia dictaminó que los nombramientos de los tres miembros de la Junta Nacional de Relaciones Laborales habían sido inconstitucionales.

El asunto ya pasó al menú del Tribunal Supremo de Justicia, pero mientras tanto empleadores, gobierno y trabajadores deben lidiar con la incertidumbre acerca de la validez de todas las decisiones que anuncia la Junta Nacional de Relaciones Laborales.

El jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, de Kentucky, sostuvo que Reid, por su intento de acabar con los filibusteros, "pasará a la historia como el peor líder del Senado en la historia del país".

Reid respondió que McConnell parece "seguir la teoría de los demagogos según la cual, si uno repite y repite algo que es falso, la gente se lo creerá".

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