El sueño de los chavales de un instituto almeriense que el Gordo hará realidad

En la Administración número 2 de Roquetas de Mar ya han comenzado a concentrarse vecinos y familiares de los loteros que han vendido el Gordo de Navidad de este año. "Aquí no podemos creerlo aún.He comprado un décimo porque siempre paro en la cafetería Boah, que me vendió el número. Este pueblo se merecía una alegría así, después de tantos años de dificultades", asegura Alejandro N., un vecino del municipio, con la voz quebrada por la emoción. Dice ser amigo de los dueños de la Administración agraciada: "Se han quedado perplejos cuando vieron el sorteo por la tele", cuenta.

Una de las propietarias es Felisa:"Está repartidísimo el premio.Hemos vendido las 160 series", afirma entre lágrimas.

Otra de las agraciadas es María Ángeles Villegas, directora del IES Emilio Manzano. Este centro está situado en el municipio Laujar de Andarax, a escasos kilómetros de Roquetas de Mar. El institutoha sido premiado con el Gordo 2015 de la Lotería de la Navidad. Aún están en shock y no se creen lo que esta mañana están viviendo. Los niños de 3º y 4º de la ESO preparan cada dos años sus viajes de fin de curso y este año, para recaudar dinero, han comprado 800 décimos del 79.140, de lo que han devuelto sólo 16.

La emoción es enorme. "Estábamos dando las notas de Navidad y de repente nos encontramos con esta sorpresa... Estamos que no nos lo creemos!". afirma Villegas. El IES de Emilio Manzano es un centro de 140 alumnos por lo que el reparto de la alegría entre profesores, padres y alumnos es total."Están llegando padres llorando"

"Están llegando padres llorando, emocionados... Además esta zona de la Alpujarra está muy afectada por el paro y la crisis y va a venir genial para remontar al pueblo", asegura. "Yo aún no sé que voy a hacer con el dinero, me alegro por los demás y pienso en los demás. Pero la gente joven ya habla de viajes, de pagar hipotecas y cosas así. Esto es lo mejor que nos podía pasar", agrega la mujer.

Por otra parte, en el Ayuntamiento de la localidad de Roquetas, un empleado nos responde al teléfono: "No puedo decir a quién le ha tocado", nos cuenta, pero, tras varias preguntas, nos lo confiesa, con la voz baja. "He sido una de las personas a las que le ha tocado el Gordo, pero no puedo hablar mucho ahora porque no quiero que se enteren mis compañeros", afirma.

Pide por favor que no revelemos su nombre. Antes de que cuelgue el teléfono, después de que una voz femenina se acerque a hablar con él, nos confiesa en qué invertirá el dinero. "Estoy deseando salir e ir al banco, Voy a pegar un bote... Y con este dinero voy a tapar agujeros", asegura. Y se corta la llamada.