Cádiz, 19 mar.- El Tribunal Constitucional se ha sumado hoy a la conmemoración del doscientos aniversario de la Constitución de 1812 celebrando un pleno extraordinario en el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz, el mismo escenario en el que aquella carta magna fue redactada y promulgada.
En su intervención en el pleno, el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, ha recordado que la Constitución de 1978 es heredera de la Constitución de 1812 y que ambas han sido capaces de crear un marco de convivencia porque "el ánimo de consenso" se impuso a las diferencias ideológicas.
Pascual Sala ha explicado que el Tribunal Constitucional, encargado de velar por la integridad de la constitución actual, no podía estar ausente de la conmemoración del bicentenario de la Pepa, con la que "nació propiamente, de manera auténtica, el constitucionalismo español".
Una carta de la que la actual constitución es "sucesora" y que estableció piezas vertebrales vigentes como la soberanía nacional, la división de poderes y la garantía de los derechos.
"Los españoles de ahora somos herederos de aquella Constitución", que fue posible por circunstancias como la situación "prácticamente vacante" de la Corona "por el secuestro de la familia real fuera del territorio español"; el surgimiento de una nación que se erigió "como poder soberano" en defensa de su independencia; "la pujanza de las ideas ilustradas" y el hecho de haberse elaborado en Cádiz en la que se habían asentado la libertad de pensamiento, ha señalado Sala.
Ha explicado que pese que estuvo poco tiempo en vigor la Constitución de Cádiz ha extendido su "impronta" como "un mito" no sólo en España e Iberoamérica sino también en Europa, como muestran varias constituciones de Italia y Portugal de la primera mitad del siglo XIX.
"Fue, sin duda alguna, un hito en nuestra historia", ha afirmado el presidente del Tribunal Constitucional.
El pleno extraordinario del Tribunal Constitucional no ha sido sólo un acto institucional, sino también jurisdiccional, pues en el mismo ha dictado una sentencia que desestima una cuestión de inconstitucionalidad sobre un artículo de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, y sobre otro de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, relativos ambos a la prescripción de infracciones y sanciones.
Pascual Sala ha explicado que la sentencia aborda de un lado la función del Tribunal Supremo, creado por la Constitución de 1812, y el significado y alcance de la independencia judicial "por primera vez garantizada también por la Constitución de Cádiz".
La sentencia desestima el recurso al entender que ninguno de los dos artículos recurridos "vulneran ni el principio de seguridad jurídica, ni la independencia de los jueces y tribunales, ni la función atribuida al Tribunal Supremo".
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