El TS confirma la condena a un vendedor de la ONCE por traficar con drogas

  • El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a cuatro años y medio de cárcel que le fue impuesta a un vendedor de cupones de la ONCE de Tordesillas (Valladolid) por traficar con drogas y al que en el momento de su detención, en septiembre de 2011, se le intervinieron 251,53 gramos de cocaína.

Madrid, 6 ene.- El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a cuatro años y medio de cárcel que le fue impuesta a un vendedor de cupones de la ONCE de Tordesillas (Valladolid) por traficar con drogas y al que en el momento de su detención, en septiembre de 2011, se le intervinieron 251,53 gramos de cocaína.

La Audiencia de Valladolid condenó además a este vendedor de la ONCE, J.E.P.R., a una multa de 11.311 euros, que de no pagarla aumentaría en un día su condena de prisión por cada 200 euros sin abonar.

El acusado, que era consumidor esporádico de drogas y ganaba entre 1.200 y 1.500 euros como vendedor de cupones, estaba siendo vigilado en la denominada operación "Lobezno", cuando, el 8 de septiembre de 2011, un agente de la Guardia Civil del puesto de Tordesillas observó cómo hacía una transacción de estupefacientes en un vehículo Honda Civic, que comprobó era propiedad del investigado.

Cuando el vehículo pasó por delante del acuartelamiento, el agente le dio el alto y procedió a cachearle, primero de forma superficial y luego integral, localizando en la zona de los genitales unas bolsas de plástico que contenían un total de 23,53 gramos de cocaína.

A raíz de este hallazgo, el juzgado de guardia autorizó el registro de su domicilio y de una finca de su propiedad en donde fue encontrada, entre unos arbustos, una caja de plástico con dos paquetes con 96,29 y 131,61 gramos de cocaína, así como una balanza de precisión.

En su domicilio, los agentes intervinieron además 57,41 gramos hachís, una picadora de marihuana, tres máquinas de liar y un librillo de papel.

En su recurso, el acusado alegaba, entre otras cuestiones, que su adicción a sustancias estupefacientes le afecta la voluntad, por lo que se le debía haber aplicado una atenuante, pero el Supremo entiende que la mera condición de consumidor, "menos aún si es esporádico, no da lugar a atenuación alguna".

También planteó una atenuante de confesión, ya que colaboró con los agentes en el descubrimiento de la droga que tenía oculta en la finca, a lo que el alto tribunal responde que este tipo de atenuante se ha rechazado "en casos de reconocimiento o confesión de aquello que, dadas las circunstancias, va a ser inevitablemente descubierto".

Además, "la sustancia se encontraba en las inmediaciones de la entrada, sin que aparezca dato alguno que permita afirmar que, dadas las condiciones en que estaba oculta, no hubiera sido descubierta de no ser por la indicación" del acusado.

Mostrar comentarios