La Andalucía social de Susana Díaz, en la encrucijada: freno a educación y sanidad

  • Los colegios, los hospitales y los servicios fueron las tres joyas de la corona que la socialista enarboló en las anteriores elecciones. 
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía.
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía.
Europa Press

Ni educación ni sanidad ni servicios sociales. La Andalucía 'social' que prometía Susana Díaz antes de llegar a la presidencia de esta comunidad está en entredicho, al menos si se tienen en cuenta los guarismos de inversión en estos campos. De hecho, la comunidad autónoma que este domingo visita las urnas se queda al final de la lista de autonomías en la mayoría de las partidas presupuestarias con fines sociales.

Estas tres grandes joyas de la corona -educación, sanidad y servicios sociales- de la hasta ahora presidenta de la Junta fueron precisamente su bandera para hacerse con el cargo. Para ello, llegó incluso en 2016 a subrayar que "la universalización de la sanidad, la educación y los servicios sociales constituyen mis líneas rojas", con el fin de "combatir" la brecha de desigualdad que provocó la crisis. No obstante, dos años después, los datos parecen decir lo contrario. 

Educación, tercera por la cola

Andalucía es, según la Fundación BBVA y el Ivie -Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas-, la tercera comunidad que menos invierte en educación por alumno, solo por detrás de Madrid, en el que la educación concertada y privada tienen gran peso, y Castilla la Mancha. 

Según estos datos, Susana Díaz invirtió en el último curso 4.974 euros por cada alumno andaluz, una cifra que queda muy lejos de los 7.320 euros que pone sobre la mesa el País Vasco. Además, en Andalucía el 50% de los centros se encuentran en entornos educativos desfavorables y la mayoría de sus alumnos se forman en centros públicos. Se trata de cifras que han generado importantes críticas durante la gestión de la socialista.

A nivel general, Andalucía invirtió en educación 7.020,25 millones de euros, según un estudio sobre este campo del sindicato UGT. Esta cifra supone una reducción de 316 millones de euros con respecto a la cantidad que se destinó en 2010. Fue entonces, en uno de los peores momentos de la crisis, cuando el nivel de inversión empezó a caer. En 2013, con la llegada de Susana Díaz al cargo, se destinaron a la enseñanza 6.573 millones de euros. 

El ejercicio 2014, primer año completo de la socialista al frente de Andalucía, fue peor. La partida para educación se recortó en 50 millones más y las críticas -también a nivel nacional- se recrudecieron. Desde entonces, los fondos comenzaron mejorar a paso lento hasta alcanzar los poco más de 7.000 millones con los que contó en el último año. 

Por ello, tal y como señalan los datos de PISA, los alumnos andaluces son los peores de todo el territorio nacional en ciencias, y se encuentran también en las posiciones más bajas en la parte de lectura y matemáticas. Este estudio fue objeto de polémica hace apenas unas semanas cuando la diputada popular Isabel García Tejerina dijo que "en Andalucía te dicen que lo que sabe un niño de 10 años es lo que sabe un niño de ocho en Castilla y León". 

El problema de la sanidad

En esta línea, la sanidad tampoco es el punto fuerte del Ejecutivo de Susana Díaz. Las 'mareas blancas', manifestaciones convocadas por el personal sanitario de la Junta en relación con su política de fusiones hospitalaria, han sido algunas de las más activas a la hora de protestar por los recortes en este servicio esencial. En concreto, la socialista llegó al poder con un presupuesto de casi 8.500 millones de euros, según datos de la Federación de Sanidad de CCOO, que ya había sido recortado por su antecesor, José Antonio Griñán, en más de mil millones. 

Pero Díaz no guardó las tijeras al llegar al despacho y siguió recortando la partida dedicada a los hospitales hasta en otros 270 millones de euros durante 2014. Fue a partir de entonces cuando comenzó a levantar el pie del freno y recuperó en un periodo de cuatro años lo que había perdido en solo dos. De esta forma, la socialista consiguió colocar a Andalucía en el mismo lugar en el que había estado en 2010, con una partida de casi 9.000 millones de euros, aún lejos de los datos de otros territorios.

Desde el punto de vista de las inversiones reales efectuadas en Andalucía, este sindicato ha calculado que apenas se corresponden con un 8,64% del total de las llevadas a cabo en todo el territorio nacional, la segunda con menor porcentaje. Esta cifra es aún peor si se compara con la proporción de población que vive allí, un 18% del total de España. 

Los servicios sociales se recuperan

En cambio, el caso de los servicios sociales es ligeramente diferente. La llegada de Susana Díaz en 2013 mantuvo el presupuesto casi intacto hasta dos años después. Fue entonces cuando las partidas comenzaron a recuperarse hasta alcanzar los 2.201 millones con los que contaron en 2017, según datos de la propia Junta. 

Precisamente de los servicios sociales es de lo que más presume la Junta de Susana Díaz. En una comunidad en la que el 41,7% de la población vive actualmente en riesgo de pobreza, según la tasa Arope -tasa de riesgo o exclusión social-, a casi 14 puntos del resto de España, los profesionales del sector han valorado en varias ocasiones de forma positiva las últimas medidas implementadas, pero acusan un incremento de la carga laboral y las exigencias de su trabajo. 

Ahora, Teresa Rodríguez, la candidata a ocupar su puesto en la Junta por Adelante Andalucía, la marca regional de Podemos, ha tomado el relevo de Díaz y ha señalado en sus mítines su compromiso con estos sectores al verbalizar su intención de aportar más de 1.500 millones de euros más a educación; 1.700 millones para sanidad, y 700 millones de euros más para la dependencia y los servicios sociales.

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