Esta formación, que pretende revitalizar un país debilitado por la crisis económica y el independentismo en Cataluña, no tiene aún ningún diputado en el parlamento nacional pero progresa en las intenciones de voto desde principios de año.
Incluso superó al antiliberal Podemos en las últimas semanas, convirtiéndose potencialmente en la tercera fuerza del país, detrás de conservadores y socialistas.
Ante varios cientos de delegados reunidos en Cádiz, en el sur, donde en 1812 fue adoptada la primera Constitución española, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, propuso la supresión del Senado, la cámara alta del parlamento español, para reemplazarla por un consejo de los presidentes de las 17 regiones autónomas, elegidos por los parlamentos regionales.
Este jurista de 35 años también preconizó una mayor independencia del poder judicial, retirando a los políticos la capacidad de nombrar a jueces y al fiscal general del Estado y al gobierno la de amnistiar a los condenados por corrupción, además de suprimir la inmunidad parlamentaria.
"Los españoles se merecen una justicia despolitizada", lanzó.
Desde hace años se alude en España a la necesidad de una reforma de la Constitución adoptada en 1978, tres años después de la muerte del dictador Francisco Franco.
El Partido Socialista propone que España se convierta en un Estado federal. El Partido Popular, del jefe del gobierno conservador Mariano Rajoy, no se opone a una revisión pero se niega tomar la iniciativa. Podemos hablaba hasta hace poco de cambiar "el régimen de 1978" pero sin presentar propuestas concretas.
Ciudadanos, fundado en 2006 para luchar contra el independentismo catalán, propone también definir mejor las competencias respectivas de las regiones autónomas y del gobierno central. Busca principalmente evitar que Madrid ceda poderes a una región, como hicieron los ejecutivos socialista y conservador con Cataluña cuando necesitaban los votos de los diputados catalanes para gobernar, explicó Rivera.
"Los separatistas nunca van a estar contentos del modelo autonómico, así que lo mejor que podemos intentar hacer es contentar a la inmensa mayoría de los españoles que queremos seguir viviendo juntos", declaró.
Una reforma de la Constitución requiere una mayoría de dos tercios de votos en el Parlamento.
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