Esperando a Putin

  • Vladímir Putin se prepara para reasumir la jefatura del Kremlin tras un paréntesis de cuatro años como primer ministro en el que nunca soltó las riendas del poder.

Bernardo Suárez Indart

Moscú, 5 nov.- Vladímir Putin se prepara para reasumir la jefatura del Kremlin tras un paréntesis de cuatro años como primer ministro en el que nunca soltó las riendas del poder.

Todas las encuestas coinciden en que el líder ruso, de 59 años, que ya ejerció como jefe del Estado de 2000 a 2008, se impondrá claramente en las elecciones presidenciales del 4 de marzo de 2012.

En su momento, cuando la popularidad de Putin estaba por las nubes, le pidieron modificar la Constitución y eliminar de ésta la prohibición de ocupar el cargo de presidente durante más de dos mandatos consecutivos.

Confiado en la solidez del sistema de poder vertical creado durante los años de sus dos mandatos presidenciales, Putin rechazó esas tentadoras propuestas y optó por promover a Dmitri Medvédev, uno de los miembros de su entorno próximo, como su sucesor.

Con el apoyo de su mentor y el respaldo de toda la maquinaria estatal, en marzo de 2008 Medvédev fue elegido presidente y su primer acto, nada más asumir la jefatura del Estado, fue nombrar a Putin al frente del Gobierno.

La fórmula Medvédev-Putin, el tándem, buscaba garantizar la continuidad de la política del Kremlin, que había conseguido acabar con el separatismo chechén, a muy alto coste, y estabilizar la economía del país, en gran medida gracias a los elevados precios de entonces de los hidrocarburos.

En el comienzo de su andadura al frente del Kremlin, Medvédev promovió una reforma constitucional que amplió de cuatro a seis años el período presidencial y de cuatro a cinco el de la legislatura.

La reacción de los expertos fue prácticamente unánime: la modificación, que entra en vigor a partir de las elecciones presidenciales de marzo próximo, no era para favorecer a Medvédev -hubiera sido mucho el desparpajo, argüían-, sino a Putin, cuyo regreso al Kremlin se daba ya entonces por descontado.

Aunque desde un comienzo Putin había advertido de que él y Medvédev compartían el mismo ideario y programa, el discurso, en ocasiones liberal, del nuevo presidente de Rusia y su buen talante, generó en algunos sectores de la clase política rusa espectativas de de reformas democratizadoras.

Con el correr del tiempo y los resultados de las encuestas, en las que presidente ruso recortaba distancia a Putin, esos ánimos se fueron fortaleciendo y para mediados de este año la posibilidad de que Medvédev se presentase a la reelección ya no le parecía un espejismo a sus partidarios.

Además, el mismo presidente ruso se encargaba de alimentar esas espectativas.

"No aventuro ni descarto nada", afirmaba Medvédev en septiembre de 2009 al contestar una pregunta sobre si planeaba postular a la reelección en una reunión con los miembros de club internacional de debate "Valdái"

Sin embargo, fue el propio Medvédev quien el 24 de septiembre de este año echó por tierra las esperanza de quien querían verle en el Kremlin en su segundo mandato.

"Considero que sería correcto que el congreso apoye la candidatura del presidente del partido Vladímir Putin para la presidencia", ante los delegados del congreso de Rusia Unida, la formación oficialista.

Más tarde, en declaraciones a la televisión, Medvédev, explicaría que le hubiera gustado presentarse a la reelección, pero que tuvo que desistir debido a que los rusos prefieren ver a Putin en el Kremlin

"En estos momentos, el primer ministro es, sin ninguna duda, el político más influyente y sus índices de confianza son un tanto mayores", dijo.

Putin había anunciado que en caso de ganar los comicios de marzo propondrá al Parlamento la candidatura de Medvédev al cargo de primer ministro.

Sin embargo, en el acto de proclamación de su candidatura a la presidencia el líder ruso no hizo alusión directa a la continuidad del tándem.

Gracias a las enmiendas constitucionales aprobadas durante la gestión de su delfín, Putin podría permanecer en el poder hasta el año 2024.

"Putin regresa para mucho tiempo, quizás para siempre. No debe haber más ilusiones", considera Iliá Yashin, uno de los dirigentes del movimiento opositor Solidaridad.

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