Éste es el gasto que se quiere limitar en la reforma de la Constitución

  • El Congreso aprobó el viernes la reforma que pactaron PP y PSOE para que la Carta Magna limite el déficit y la deuda del Estado y las comunidades autónomas. Fue una votación polémica porque una vez más quedó en evidencia que esta reforma no cuenta con el consenso de todas las formaciones políticas. Te contamos en qué gastamos para que comprendas mejor qué es lo que se quiere limitar.
A. Medina R. / B. Toribio

Es poco habitual ver a sus señorías el viernes en el Congreso. Pero menos lo es que una importante mayoría de grupos no apoye la nueva reforma que se va a introducir en la Constitución para limitar el déficit y la deuda de todas las administraciones.

Aunque los votos de PP y PSOE eran más que suficientes para que este cambio saliera adelante, el resto de formaciones votaron en contra, se ausentaron o simplemente no apretaron el botón. Solo UPN apoyó la medida.

¿Por qué hemos llegado hasta aquí? La respuesta obvia es porque estamos en crisis y las cuentas nacionales, autonómicas y locales han entrado en barrena. El gráfico adjunto recoge el reparto del gasto de la Administración General del Estado según los últimos Presupuestos de la era Zapatero (aprobados en septiembre de 2010 para el ejercicio en curso).

Básicamente, el Estado es quien reparte el dinero en este país, ya que la automía financiera de las demás administraciones es muy parcial. Tanto, que la mitad de los ingresos de comunidades y entes locales procede de transferencias o impuestos cedidos. Así que éste es lo que hay.

Y lo que hay es cada vez menos. Como demuestra el gráfico adjunto, prácticamente la mitad del gasto estatal se destina a prestaciones sociales, pensiones y otras partidas sociales. En este resultado ha jugado un papel importante la recesión económica, ya que el número de parados ha disparado las exigencias presupuestarias a este respecto.

Sea como sea, los números rojos de la economía española se descontrolaron en cuanto entramos en crisis. Ya al final de 2008, el desvío en las cuentas fue el equivalente al 3,8% del Producto Interior Bruto cuando el máximo que permite Europa es de un 3%.

Pero como media Europa estaba en situación similar, se hizo la vista gorda. Sin embargo, la caída de España iba a ser mucho más profunda y al final de 2009 el déficit de todas las administraciones superó el 11% del PIB o, lo que es lo mismo, casi cuatro veces el objetivo comunitario. Fue después de estos datos cuando se rescató Grecia y se exigieron medidas contundentes por parte de las autoridades europeas y los mercados internacionales.

Llegó el tijeretazo, las reformas de pensiones, las medidas de ajuste fiscal y, pese a todo, para cuando se presentaron los úñtimos Presupuestos de Zapatero, España rebajó su déficit al 9,2% al final de 2010. Para este 2011 el objetivo es de un 6%, del que el 4,8% tendrá que venir por parte de la Administración estatal. Paulatinamente, el programa de estabilidad marcado por Moncloa (y aceptado por Europa) persigue volver a la senda por debajo del 3% para 2012.

¿Será posible? Más allá de lo que diga la Constitución a partir de ahora, y en cuanto las previsiones económicas no acompañen del todo, el mantenimiento a raya del déficit necesitará a medio plazo de nuevas medidas de recorte del gasto. ¿Dónde se aplicará la tijera a partir de ahora?

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