Ferrán Madico dice que "el miedo hace ser esclavos de conductas sociales"

  • Mérida.- El catalán Ferrán Madico, que dirige en el Festival de Mérida una "Electra" de Galdós en busca de la libertad de conciencia, y versionada por Francisco Nieva, cree que "el miedo hace ser esclavos de conductas sociales e imaginarios colectivos, y es la ruptura de tabúes y prejuicios los que hacen ser uno mismo".

Mérida.- El catalán Ferrán Madico, que dirige en el Festival de Mérida una "Electra" de Galdós en busca de la libertad de conciencia, y versionada por Francisco Nieva, cree que "el miedo hace ser esclavos de conductas sociales e imaginarios colectivos, y es la ruptura de tabúes y prejuicios los que hacen ser uno mismo".

Así lo ha manifestado, en una entrevista concedida a Efe, en su paso por Mérida para presentar "Electra", una obra que fue estrenada en el Teatro de Gran Canarias el pasado 6 de mayo y ya ha pasado por el Teatro Español de Madrid.

Madico, que dice declararse un "I love Galdós" desde que leyó el texto del dramaturgo canario, cree que "Electra" es una obra "con muchas capas y dimensiones" en la que la protagonista "lucha por lo que ella cree que tiene que ser, contra las adversidades y el imaginario colectivo".

Conectar una historia en un contexto a principios del siglo XX con el presente significa, para Madico, poder abordar temas universales que desde el teatro grecolatino se vienen tratando, pero "con una mirada contemporánea".

El revuelo que produjo el estreno de la "Electra" de Galdós en el Teatro Español de Madrid en 1901 sería, según el director de esta versión de Francisco Nieva, una pequeña muestra de lo que sería la clave de todo el siglo XX: "la pugna entre dos bandos que querían una España mejor".

Se trata, por tanto, del conflicto entre ilustración y oscurantismo, y es aquí donde "afortunada o desgraciadamente, encontramos la dimensión épica, trágica y de cultura universal" de los textos grecolatinos.

Y en este debate también se sitúa la protagonista, interpretada por Sara Casasnovas, en un conflicto entre Máximo y Pantoja, progresismo e ilustración por un lado, y oscurantismo, por otro.

Ella terminará tomando partido, siendo así dueña de su propio destino y luchando, "como las antiguas heroínas griegas", por la libertad de ser ella misma.

Galdós fue un "notario de su época" para Madico, "levantó acta" de lo que se cocía entonces y visionó la fractura y el desgarro que años más tarde viviría España.

Por eso el catalán necesitaba a actores en su reparto que también se dejaran la piel en el escenario para luchar contra otra más dura, la costumbrista que plantea Galdós.

Pero esta elevación épica más narrativa que dramática presentada por Madico sigue hablando de temas que hoy se mantienen vigentes, como el de la emancipación de la mujer, la religión y la relación Iglesia-Estado, de ahí que con obras como estas se reflexione para "tratar de saber cómo funcionamos y evolucionar a una especie mejor donde esté presente la igualdad".

En la representación que dirige el catalán, prevista para hacerla "a la italiana" y que ha tenido que ser adaptada al espacio del Teatro Romano de Mérida, y a través de la actriz Sara Casasnovas, Madico ha ahondado en el abanico emocional que perseguía para conseguir una mujer que pasa de niña revoltosa y provocativa a una mujer que se desgarra por amor, que lucha por desatarse de prejuicios para poder ser ella misma.

Y al final, asegura Madico, termina por ser una mujer contemporánea que no se somete, no tiene miedo y, por tanto, es libre, "y cuando se es libre, lo que a uno le toca es ser uno mismo".

Mostrar comentarios