Fiscal pide absolver a tres acusados de masacre en cárcel brasileña en 1992

  • El fiscal brasileño Fernando Pereira da Silva pidió hoy en su alegato final la absolución de tres de los 26 acusados en la primera fase del juicio de la masacre de 111 presos en la cárcel de Carandirú de Sao Paulo, ocurrida en 1992, informaron fuentes oficiales.

Sao Paulo, 20 abr.- El fiscal brasileño Fernando Pereira da Silva pidió hoy en su alegato final la absolución de tres de los 26 acusados en la primera fase del juicio de la masacre de 111 presos en la cárcel de Carandirú de Sao Paulo, ocurrida en 1992, informaron fuentes oficiales.

Pereira solicitó la condena de los otros 23 reos, todos ellos policías en la época de los hechos, por el asesinato de trece de los quince prisioneros cuya muerte se juzga en esta etapa del proceso.

La acusación eximió a los reos de dos asesinatos ocurridos durante la intervención policial, con la que se pretendía aplacar un motín, puesto que ambos fallecidos fueron víctimas de armas blancas.

El fiscal pidió la absolución de los policías Mauricio Marchese Rodrigues, Eduardo Espósito y Roberto Alberto da Silva porque no se encontraban en la planta donde estos quince presos fueron asesinados.

Sobre los otros 23 acusados, Pereira dijo que tenían "intención de matar", lo que según él quedó claro debido a que las 111 víctimas recibieron en total 515 balazos, de los que 126 fueron tiros en la cabeza.

En su alegato, el fiscal también acusó a las autoridades de alterar la escena del crimen y hacer desaparecer pruebas, como centenares de casquillos de bala.

La defensa presentará a continuación sus alegatos finales y después ambos letrados dispondrán de la oportunidad de hacer sendas réplicas.

Una vez termine el debate, está previsto que los jurados se encierren en una sala privada para deliberar el veredicto, que puede ser anunciado hoy o en los próximos días.

La Justicia tiene previsto procesar en total a 79 policías, pero ha dividido el proceso en cuatro fases, dada la gran cantidad de acusados y para analizar por separado la intervención de los agentes en cada uno de los cuatro pisos del pabellón nueve de Carandirú, donde sucedió el motín.

La matanza, ocurrida el 2 de octubre de 1992, es el episodio más sangriento que ha sucedido en cárceles brasileñas y por él todavía nadie ha cumplido condena.

El comandante que dirigió la operación, el coronel Ubiratán Guimarães, fallecido en 2006, fue condenado en 2001 a 632 años de cárcel y absuelto después en una apelación.

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