Frenar violencia y narcos son los retos de nuevo ministro hondureño Seguridad

  • Frenar una ola de violencia que a diario deja unos 20 muertos, así como al narcotráfico que opera en Honduras, son algunos de los retos del nuevo ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, quien hoy expresó que espera contar con el apoyo de la ciudadanía y las fuerzas de seguridad para bajar la criminalidad.

Tegucigalpa, 11 sep.- Frenar una ola de violencia que a diario deja unos 20 muertos, así como al narcotráfico que opera en Honduras, son algunos de los retos del nuevo ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, quien hoy expresó que espera contar con el apoyo de la ciudadanía y las fuerzas de seguridad para bajar la criminalidad.

Bonilla, un exdiputado del gobernante Partido Nacional y excapitán del Ejército, fue nombrado en el cargo el sábado en sustitución de Óscar Álvarez, quien en los 19 meses que lleva la Administración de Porfirio Lobo no pudo reducir la elevada tasa de criminalidad en el país centroamericano.

El nuevo titular de Seguridad dijo este domingo escuetamente a medios locales que espera contar con la colaboración del Parlamento, la Policía, el Ejército y la ciudadanía para reducir la ola de violencia que vive Honduras y que, resaltó, no solo afecta la vida social sino también económica del país.

El analista y asesor político Raúl Pineda opinó en entrevista con Efe que Bonilla "puede hacer algo bueno" si cuenta con el respaldo de Lobo, quien la semana pasada dijo que se va a involucrar más en el tema de la violencia extrema que aterroriza a la población.

"Con Álvarez la criminalidad llegó a 77 muertes por cada 100.000 habitantes, superando la media de ocho que estima las Naciones Unidas" en los países del primer mundo, indicó Pineda.

Según datos divulgados en julio pasado por el Comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, Honduras registró en 2010 una tasa de 77,5 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, "casi nueve veces" la tasa mundial de 8,8 muertes por cada 100.000 habitantes.

A juicio del analista Pineda, "varios factores" se conjugaron para la sorpresiva separación de Álvarez del cargo de ministro de Seguridad, entre ellas que admitiera públicamente la semana pasada que la Policía está infiltrada por el narcotráfico, lo que en Honduras ha sido como "un secreto a voces" de larga data, según Pineda.

Álvarez llegó a decir que algunos de sus subalternos hacen el papel de "controladores aéreos" de las avionetas que aterrizan cargadas con cocaína con destino a Estados Unidos y procedentes de países suramericanos como Colombia y Venezuela.

El jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal, Marco Tulio Palma, dijo el viernes pasado que entre enero y agosto pasados en Honduras se registraron 4.412 muertes violentas.

Esa cifra solo fue menor en 21 con respecto a la registrada en el mismo período en 2010, cuando sumaron 4.391, según Palma, quien señaló que la mayoría de las víctimas tenían entre 12 y 40 años.

Palma dijo entonces que en Honduras hay "una sociedad que todo lo quiere arreglar por la vía de la violencia", y que el odio se ve reflejado en la forma cruel en que son asesinadas muchas personas.

Añadió que se deben buscar las causas que la provocan, aunque ya algunos sectores la atribuyen al desempleo, la pobreza, el narcotráfico y el crimen organizado.

Lobo, quien el viernes anunció que esta semana haría cambios en su gabinete, sorprendió ayer con la destitución de Álvarez, quien también fue ministro de Seguridad durante el Gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), e igualmente de los viceministros de esa cartera, Armando Calidonio y Roberto Romero.

Además, Lobo destituyó el sábado a los ministros de Exteriores, Mario Canahuati, y del Fondo Hondureño de Inversión Social, Nasry Asfura, así como al jefe titular de Ingresos, Oswaldo Guillén.

El exministro Álvarez ha dicho que lamenta no haber podido depurar la Policía, que sigue siendo un cuerpo salpicado por la corrupción y delitos relacionados con el narcotráfico, asaltos y robos, entre otros.

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