Las fuerzas gubernamentales han perdido un 2 por ciento del territorio afgano en los últimos tres meses

Reuters/EP

La oficina del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) reconoce así la precaria situación de la seguridad en Afganistán y la capacidad de milicias insurgentes como los talibán, que según las estimaciones controlan ya más territorio que en ningún otro momento desde la invasión estadounidense de 2001.

El informe publicado este domingo por el SIGAR señala que el Gobierno afgano tenía en agosto bajo su influencia el 63,4 por ciento del territorio afgano, en comparación con el 65,6 por ciento que tenía en mayo. Estos porcentajes son el resultado de los informes aportados por las fuerzas militares estadounidenses presentes aún en Afganistán. Esta cifra está por debajo de la que presentan distintas autoridades estadounidenses.

"Creemos que los afganos controlan o tienen influencia en el 68 o el 70 por ciento de la población", aseguró en septiembre en rueda de prensa el jefe de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN presentes en Afganistán, el general John Nicholson.

En consecuencia, aproximadamente una tercera parte del país está o bajo control de la insurgencia o en peligro de caer en su poder, lo que supone una amenaza para la educación de las mujeres, advierte el informe del SIGAR. "En estas zonas, los talibán quieren castigar a las mujeres que trabajan o estudian fuera de casa", alerta el texto.

En los últimos meses, los talibán han amenazado varias ciudades afganas como Kunduz, tomada brevemente por las milicias talibán el año pasado.

El informe reconoce además que entre enero y agosto más de 5.500 miembros de las fuerzas de seguridad afganas han muerto en incidentes relacionados con la insurgencia, con lo que se habría producido un incremento de las bajas que se atribuye a un mejor desempeño de los talibán en el campo de batalla.

En cualquier caso, según un informe de la OTAN citado por el informe del SIGAR, el 91 por ciento de los nuevos reclutas del Ejército afgano dicen estar contentos con su salario. Además, el 92 por ciento de los reclutas consideran que si mueren, sus familias recibirán la atención necesaria.

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