Gobierno local chino admite que vecinos decidan en ampliación petroquímica

  • El Gobierno de la ciudad de Maoming (Cantón, sur de China) aseguró hoy que no continuará con el controvertido proyecto de la ampliación de una planta petroquímica si la mayoría de los residentes se oponen a él, tras dos días de masivas protestas callejeras.

Pekín, 1 abr.- El Gobierno de la ciudad de Maoming (Cantón, sur de China) aseguró hoy que no continuará con el controvertido proyecto de la ampliación de una planta petroquímica si la mayoría de los residentes se oponen a él, tras dos días de masivas protestas callejeras.

Las autoridades así lo aseguran en un comunicado divulgado a través de su cuenta de Weibo, el Twitter chino, después de que el lunes acusaran a "criminales" de haber instigado unas manifestaciones que, aunque pacíficas cuando comenzaron el domingo, se tornaron violentas debido a los enfrentamientos entre la Policía y los ciudadanos.

Un residente apellidado Li relató hoy al diario oficial Global Times que durante la tarde del lunes la Policía dispersó a varios manifestantes con gases lacrimógenos, mientras varias imágenes colgadas en Twitter muestran cuerpos ensangrentados tendidos en las aceras.

Activistas chinos como Hu Jia y la organización Human Rights China denunciaron, también a través de la red social, la escalada de violencia en las protestas, y destacaron que ciertas informaciones desde el terreno apuntaban a que al menos siete personas habían muerto, si bien el Gobierno local negó que hubiera decesos.

El Gobierno de Maoming dijo, por su parte, que los manifestantes provocaron a la Policía al arrojar piedras y botellas contra algunas instalaciones públicas de la ciudad desde la noche del domingo.

En un tono más conciliador, un portavoz del Gobierno de Maoming anticipó anoche que "si la mayoría está en contra, la ciudad no tomará una decisión contra la opinión pública", aunque aún no se ha anunciado oficialmente la paralización de las obras.

Alrededor de un millar de manifestantes protestaron contra la ampliación de una planta de paraxileno (PX) a la actual fábrica petroquímica de la ciudad, operada por el Gobierno local y el gigante petrolero Sinopec.

Parapetados tras pancartas, los ciudadanos denuncian la alta toxicidad del paraxileno tanto para la salud humana como para el medio ambiente.

"No queremos un proyecto de PX en nuestra ciudad, después de sufrir la contaminación que ya procede de las plantas químicas. Además, no sabíamos nada del proyecto. Las autoridades nos deberían haber consultado", dijo hoy un vecino apellidado Zhang al Global Times.

Otros proyectos relacionados con la producción de PX se han topado con protestas similares en China desde 2007 en ciudades como Xiamen (sureste), Dalian y Ningbo (este) que concluyeron en su paralización.

El paraxileno es un compuesto químico esencial para el procesamiento de botellas de plástico y el poliéster de ciertas prendas, el cual resulta peligroso si se inhala o absorbe por la piel, con daños potenciales orgánicos y para el sistema nervioso.

China es el mayor productor y consumidor de PX desde el año 2010, lo que ha elevado la preocupación social.

La protesta en Maoming comenzó el mismo día en el que las autoridades anticorrupción de Cantón anunciaron el inicio de una investigación contra un antiguo ex alto cargo del Gobierno local de la metrópolis Feng Limei.

El pasado año, el Partido Comunista chino (PCCh) envió a más de 70 inspectores a la ciudad para investigar la supuesta expansión de la corrupción entre los funcionarios del gobierno local.

Por el momento, se desconoce con precisión si continúan las protestas, pero algunos testigos aseguraron en las redes sociales que el ambiente está más calmado.

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