Gobierno Piñera es ambicioso y quizás genera sobreexpectativas, dice portavoz

  • El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha llegado a la mitad de su mandato con un "Gobierno ambicioso que quizás genera sobreexpectativas", declaró a Efe su ministro portavoz, Andrés Chadwick, al explicar por qué ayer ante el Parlamento el mandatario pidió perdón por sus errores.

Manuel Fuentes

Santiago de Chile, 22 may.- El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha llegado a la mitad de su mandato con un "Gobierno ambicioso que quizás genera sobreexpectativas", declaró a Efe su ministro portavoz, Andrés Chadwick, al explicar por qué ayer ante el Parlamento el mandatario pidió perdón por sus errores.

"Pocas veces he visto a un presidente de la República pedir perdón (...) y fue muy emocionante la forma en que lo hizo", subraya Chadwick, ministro secretario general de Gobierno y uno de los pesos pesados del gabinete.

Piñera, cuya popularidad hoy es la más baja de un presidente en la reciente historia de la democracia, no se refería a errores concretos, "sino a una forma de entender el concepto de autoridad", explica Chadwick en una entrevista.

"Creo que se refería a que no se está en el cargo de presidente de la República por los méritos propios, sino por la confianza ciudadana; siempre hay que tener presente esto cuando se gobierna", agrega.

"Este Gobierno es ambicioso y quizás eso genera sobreexpectativas", reconoce el portavoz gubernamental, pero el presidente quiere que la segunda parte de su mandato sea distinta, aplicando la experiencia y la madurez adquiridas.

"Estamos orgullosos de lo que hemos hecho, con el esfuerzo de todos podemos avanzar aún más", pero sin alardear de que ésta sea una transformación histórica, puntualiza Andrés Chadwick.

Lo que el presidente pretende, explica el portavoz, es dejar a Chile muy bien encaminado para que más adelante, con otro gobierno, se convierta en el primer país desarrollado de Latinoamérica.

Para Chadwick, los compromisos asumidos por Sebastián Piñera ante la ciudadanía han sido cumplidos en estos dos años que marcan el ecuador del mandato presidencial.

Entre los logros, el ministro enumera un crecimiento económico superior al 6 % y la creación de 700.000 puestos de trabajo a pesar del entorno adverso que la crisis internacional supone para una economía tan abierta como la chilena, el país con mayor número de tratados de libre comercio del mundo.

El portavoz resalta también la ley que exime a los jubilados de pagar el 7 % de las cotizaciones de salud, el permiso de maternidad extendido a seis meses, y la norma que establece la inscripción automática en el registro electoral y el voto voluntario.

Para hacer frente a las demandas de los estudiantes, que exigen enseñanza gratuita y de calidad, el Gobierno destinará este año a educación una quinta parte del gasto público y está impulsando una reforma tributaria que prevé inyectar 1.000 millones de dólares más para becas y subvenciones.

Además, argumenta Chadwick, el Ejecutivo tuvo que hacer frente a los destrozos causados por el terremoto de febrero de 2010, cuyas obras de reconstrucción registran un avance del 75 %, según las autoridades.

Otro de los ejes de la acción gubernamental es la erradicación de la pobreza extrema en la que viven 650.000 familias chilenas, mediante medidas como la implementación del llamado ingreso ético familiar, que garantiza por ley recursos adicionales para las familias en situación de riesgo.

Sin embargo, la popularidad del presidente Piñera está en un nivel muy bajo, con un 26 % de apoyo y un 70 % de rechazo.

Para el ministro secretario general, la explicación está en que "Chile es hoy una sociedad mucho más exigente e impaciente" que la que les tocó a los cuatro gobiernos de la Concertación (1990-2010).

"Esa impaciencia viene dada por el cambio a un gobierno de signo político distinto", que generó unas grandes expectativas, y la repercusión en Chile del "movimiento de los indignados", que tuvo su traducción en las movilizaciones estudiantiles por una reforma educativa.

"Se trata de una causa social legítima, justa en muchos aspectos, y a la que el Gobierno ha sabido responder", argumenta el ministro.

A pesar de la tensión que en algunos momentos ha enfrentado al Gobierno con la oposición, Chadwick opina que "el Congreso ha sabido responder con responsabilidad a la búsqueda de acuerdos en las materias sustanciales".

Pero este grado de acuerdo no alcanza a uno de los puntos medulares del modelo político chileno: el sistema electoral binominal, que en la práctica supone que los dos grandes bloques (la Alianza y la Concertación) se reparten la representación parlamentaria.

El presidente quiere que haya una reforma antes de que finalice su mandato, "pero no depende tanto del Gobierno como de que las fuerzas parlamentarias se pongan de acuerdo en un planteamiento alternativo", precisa Andrés Chadwick.

"Pero no es fácil hacerlo con los parlamentarios actualmente en ejercicio", admite.

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