Esas 42.000 personas, que escaparon de los actos violentos que sacudieron a la capital centroafricana en los últimos días, se encuentran totalmente desprotegidos, pero "las agencias de la ONU y las ONGs humanitarias no pueden llegar a ellos" a causa de la inseguridad que imponen algunos "grupos armados", explicó O'Brien en un comunicado.
En este contexto, las oficinas de una ONG y de una agencia humanitaria internacional fueron "saqueadas" el pasado miércoles y algunos de sus trabajadores tuvieron que huir "por su propia seguridad".
O'Brien dijo estar "extremadamente inquieto" por los recientes episodios de violencia, que constituyen "un golpe muy grave para la RCA y la comunidad internacional".
La situación en el resto del país "también se degrada", añadió el responsable, señalando la presencia de "grupos armados que siembran el pánico en la población".
O'Brien hizo un llamamiento a "todos los que están implicados, para que cese de la violencia y se permita (el paso de) la ayuda humanitaria inmediatamente". Bloquear deliberadamente esta ayuda "es una violación de las leyes internacionales", señaló.
"Las organizaciones humanitarias están decididas a quedarse y a continuar su trabajo a favor de la población", declaró.
Más de 412.000 personas han abandonado sus hogares en todo el país y 2,7 millones, la mitad de la población, dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir, recordó.
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