Grupos judíos y progresistas presionan a favor y en contra del ataque a Siria

  • Grupos de la comunidad judía y de una coalición de progresistas en EE.UU. presionan desde bandos opuestos por una solución al conflicto en Siria, mientras el presidente Barack Obama continuaba hoy su campaña exterior de persuasión a favor de un ataque militar.

María Peña

Washington, 5 sep.- Grupos de la comunidad judía y de una coalición de progresistas en EE.UU. presionan desde bandos opuestos por una solución al conflicto en Siria, mientras el presidente Barack Obama continuaba hoy su campaña exterior de persuasión a favor de un ataque militar.

En vísperas de que el Congreso vote sobre un posible ataque militar contra Siria, diversos grupos pro israelíes aumentan sus esfuerzos de presión a favor de ese ataque, mientras organizaciones progresistas realizan peticiones para impedirlo.

"He estado en contacto con varios senadores y miembros de la Cámara de Representantes, que tienen mucha influencia en asuntos de seguridad nacional. Creo que es importante actuar porque países como Irán están observando, y lo que ha ocurrido en Siria no deja dudas de que hay que aplicar algún tipo de fuerza militar", dijo a Efe Morris Amitay, abogado y fundador del grupo pro-israelí Washington Political Action Committee.

El pleno del Senado y de la Cámara de Representantes votarán a partir de la próxima semana una resolución para castigar el presunto ataque con armas químicas contra la población del pasado 21 de agosto por parte del régimen del presidente sirio Bachar al Asad, y evitar que éste vuelva a usarlas en el futuro.

"Creo que a Asad se le fue la mano, mostró desesperación porque no podía revertir el avance de los rebeldes en el área cerca de la capital", señaló Amitay, cuyo grupo representa a clientes del sector de defensa y seguridad nacional.

Preguntado sobre si EE.UU. ha agotado todos los canales diplomáticos para resolver la crisis, Amitay consideró que Washington "ya ha titubeado durante dos años" con diversas propuestas que no surtieron efecto.

Por su parte, la Coalición Republicana Judía emitió el martes pasado una "alerta" para movilizar a sus 45.000 miembros a que presionen al Legislativo para que autorice el ataque contra Damasco.

Ese grupo pro israelí invirtió 6,4 millones de dólares en contra de la reelección de Obama y tiene entre los miembros de su junta directiva al magnate Sheldon Adelson, que gastó por su cuenta unos 70 millones de dólares en contra del mandatario.

Ahora, la coalición respalda la idea del uso de la fuerza, al igual que lo apoyan otros grupos pro israelíes como AIPAC, la llamada Liga Antidifamación y la Conferencia de Presidentes de las Principales Organizaciones Judías en Estados Unidos.

También el Grupo de Apoyo a Siria, creado en Washington por inmigrantes sirios en EE.UU. y que respalda financieramente a los rebeldes, se ha sumado a la campaña de presión a favor de un ataque.

El portavoz de ese grupo sirio, Dan Layman, dijo a la cadena de radio pública NPR que el ataque de EE.UU. sería bienvenido por los rebeldes "aunque es importante que los ataques se centren en ciertos blancos", incluyendo la capacidad aérea y de artillería, y los centros de comando y control del régimen sirio.

Layman consideró que un ataque militar aprobado por el Congreso facilitaría el trabajo de grupos como el suyo para fomentar un "diálogo" entre los grupos moderados de la oposición y el Gobierno de Obama en busca de una transición política en Siria.

Pero con igual firmeza se oponen al ataque grupos como el Instituto Árabe Estadounidense, cuyo presidente, James Zogby, manifestó que aunque no es sirio no puede permanecer indiferente "a la tragedia que ha acaecido a un país ya torturado".

"La única solución al conflicto sirio es una solución negociada que conduzca al fin del control absoluto del régimen sirio sobre el Estado y dé paso a una sociedad más abierta y democrática", dijo Zogby, al advertir de que la oposición siria está "peligrosamente fragmentada y con demasiados componentes extremistas como para ganarse la confianza de los sirios".

La Campaña para un Cambio Progresista (PCCC), con casi un millón de miembros, y otros grupos progresistas como Moveon y CodePink han recurrido a las redes sociales para tratar de impedir una intervención militar de EE.UU. que, a su juicio, sólo agravará el conflicto civil en Siria.

CodePink, liderado por Medea Benjamin, ha tenido una presencia muy activa en las audiencias sobre Siria esta semana en el Congreso.

El martes, activistas de CodePink portaron carteles y gritaron consignas en contra del posible ataque y, al día siguiente, varios alzaron sus manos teñidas de tinta roja para advertir de las consecuencias de una campaña bélica en Siria.

Pero el secretario de Estado, John Kerry, afirmó ante el Congreso que tiene "100 %" de certeza de que el régimen sirio volvería a usar armas químicas si el mundo no lo detiene.

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