Guindos, convencido de que las empresas volverán a Cataluña después del 21-D

  • Lamenta que la crisis catalana puede restar unas cinco décimas al crecimiento de la economía española, que podría situarse en el 2,3% en 2018.
Guindos en el XXII Encuentro de Economía de S'Agaró
Guindos en el XXII Encuentro de Economía de S'Agaró
EFE

Mensaje de calado de Guindos. Las empresas volverán a Cataluña cuando la comunidad recupere la normalidad. Todo un bálsamo de optimismo y confianza para la Comunidad que aporta el 19% del PIB español después de los duros comentarios de José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España y de Freixenet, que en su discurso en el XVI Congreso de Directivos celebrado en Alicante confesaba que "la marca Barcelona está muerta". No pasó lo mismo en Quebec, como bien sabe el ministro de Economía, donde desde el auge de las tesis independentistas a partir de 1976, Montreal perdió la confianza del sector financiero dejando de ser el principal polo comercial de Canadá.

No obstante, Guindos dejó claro en el XXII Encuentro de Economía de S'Agaró que "es la economía catalana la que ha liderado en los últimos años el crecimiento de España", ha sido su motor, aunque en el mes de octubre se haya detectado una contracción importante del consumo privado y desde entonces más de 2.600 empresas hayan decidido trasladar sus sedes sociales fuera de Cataluña. Un cambio que no ha librado a las grandes empresas de caídas en bolsa. Un mensaje de optimismo que necesitaban los empresarios catalanes que han pedido con insistencia que no se abandone a su suerte a la Comunidad y que se luche políticamente para restablecer la normalidad.

El segundo mensaje de Guindos no deja de ser electoral. "Volverán si no se llevan a cabo políticas irracionales", algo que espera que suceda tras las elecciones autonómicas del 21 de diciembre. Es decir, un claro alegato a los votantes. Seguir con los mismos líderes llevará a las mismas políticas que han hecho huir a las empresas y la inversión. Es lo que se traduce de las palabras de Guindos.

El ministro ha destacado, no obstante, que desde la aplicación del artículo 155 y la convocatoria de elecciones "la situación de desaceleración es mucho menos intensa", lo que es una "señal positiva" de que Cataluña está nuevamente en la senda de la estabilidad.

"Espero que después del 21 de diciembre todo se normalice definitivamente", ha afirmado el ministro. De Guindos ha querido dejar claro que las decisiones de sacar de Cataluña las sedes de empresas las han tomado las propias compañías, no el Gobierno, y ha garantizado que la economía catalana "es lo suficientemente atractiva" como para que la empresas vuelvan "una vez producido el proceso de normalización".

"Con la vuelta a la normalidad las empresas regresarán y también los depósitos, que han dejado de salir, y Cataluña volverá a liderar el crecimiento en España". De Guindos ha remarcado asimismo que el Gobierno hará "todo lo posible" para que las empresas que se han llevado sus sedes sociales y fiscales fuera de Cataluña vuelvan pronto a esta comunidad. O lo que es lo mismo, deja claro que ha escuchado el clamor de los empresarios catalanes.

Esta misma semana, Joaquim Gay de Montellá, el presidente de Foment del Treball, solicitó "un plan de choque" para frenar las consecuencias del golpe separatista y medidas que incentivaran la vuelta de las entidades que ya se han marchado. No solo eso, Montellá dejó claro ante el presidente del Gobierno que los grandes retos de España eran "combatir el déficit con más crecimiento y recuperar Cataluña con más diálogo".  "Hemos sido capaces de reaccionar a tiempo", contestó Rajoy, que se declaró "optimista". La situación, proclamó, "ya se va encauzando". Guindos repite el mensaje. Nada casual.

Montellá ha repetido también el suyo a lo largo de esta semana con medidas concretas como priorizar el desarrollo del Corredor Mediterráneo como "infraestructura esencial y clave para Catalunya, Valencia, Murcia y Andalucía", y revisar el modelo fiscal para que no penalice a la actividad empresarial. Con TV3 fue un poco más allá y pidió al Gobierno que este camino de diálogo "equipare el marco fiscal de Cataluña con el de otras comunidades autónomas para facilitar el regreso de las empresas que han cambiado su sede social a raíz del proceso independentista. Tenemos una diferencia de fiscalidad entre territorios tanto por lo que es el impuesto de la renta como por el de patrimonio y el de transmisiones". Veremos lo que el Gobierno contesta.

Las orejas al lobo

Guindos no se ha quedado ahí durante su intervención y ha señalado que los catalanes "han visto las orejas al lobo", se han percatado de las consecuencias de la independencia, y "el lobo no llegará". El ministro ha señalado que la sociedad catalana "se ha dado cuenta de las consecuencias" de determinadas políticas, en alusión a los planteamientos independentistas, y del "daño" que "intentar sacar a Cataluña de España" ha hecho, está haciendo y puede hacer.

"La sociedad catalana es plural, pero madura, y ha visto y ha podido tocar las consecuencias de esa política", ha manifestado De Guindos, que ha incidido en que las políticas soberanistas tienen consecuencias sociales, como es la división y fractura social, y también económicas, como la ralentización de la economía o la marcha de empresas. Por eso, se ha mostrado "optimista" y convencido de que los catalanes, una sociedad "inteligente y madura", no darán continuidad a las políticas independentistas tras el 21D.

Luis de Guindos, por otro lado, ha resaltado el "comportamiento impecable" de los funcionarios de la Generalitat desde la aplicación del 155, a pesar de lo extraordinario de la situación. "Están colaborando porque saben que son servidores públicos", ha señalado el ministro, resaltando su gran profesionalidad. De Guindos, por último, ha lamentado que la crisis catalana puede restar unas cinco décimas al crecimiento de la economía española, que podría situarse en el 2,3% en 2018.

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