Human Rights Watch sobre el 'caso Garrido': "Al final se acaba sin poder vigilar a nadie"

  • Sarah Tofte, portavoz de la ONG, lamenta el mal funcionamiento del registro de 'delincuentes sexuales' en el caso de Phillip Garrido, que tuvo cautiva a una joven en su casa durante 18 años.

Sarah Tofte, de Human Rights Watch (Foto: HRW)
Sarah Tofte, de Human Rights Watch (Foto: HRW)
lainformacion.com
Iñigo Antolín
Iñigo Antolín

"El sistema de vigilancia incluye cada vez a más gente, con lo que al final se acaba sin poder vigilar a nadie". Así se lamenta Sarah Tofte, portavoz de la ONG Human Rights Watch (HRW), que denuncia una y otra vez el mal funcionamiento del registro de 'delincuentes sexuales' de EEUU. Phillip Garridopudo tener cautiva durante 18 años en su casa de California a la niñaJaycee Dugard, a pesar de figurar en esa base de datos.

Tofte califica de "inútil" la lista porque incluye a más de 675.000personas, lo que la convierte en inmanejable para la policía. La portavoz de HRW, que trabaja en casos de violencia sexual, considera que el actual sistema de registro de'delincuentes sexuales' hace imposible vigilar a los más peligrosos porque en él convivenagresores sexuales de larga trayectoria con personas que sólo han cometido delitos menores.

En el informe elaborado por la ONG en 2007, bajo la coordinación de Tofte, se decía que "la proliferación de personas obligadadas a estar en el registro aunque sus crímenes no fueran importantes hace más difícil (…) determinar qué delincuentes requieren una vigilancia detallada". En al menos 13 estados se incluye en la lista a peronas sorprendidas orinado en la calle.

Pregunta.¿Cómo es posible que un vecino avisara a la Policía en 2006 de que había menores viviendo en el patio la casa de Garrido y no se produjo una investigación a fondo, pese a que esta persona tenía antecedentes por violación y estaba inscrita en el registro de 'delincuentes sexuales'?

Respuesta. Queda claro que las restricciones impuestas no están funcionando (Más de 60.000 personas en California no pueden vivir a menos de 750 metros de un parque o escuela o centro de atención de niños). Garrido ha estado sin control demasiado tiempo. El sistema de vigilancia incluye cada vez a más gente, con lo que al final se acaba sin poder vigilar a nadie. Así se llega a casos como el de esta persona que era una amenaza para la comunidad y que sobre el que las fuerzas del orden debería haber estado próximo.

P. ¿Con qué criterio se elabora esa lista negra?

R. Nuestro sistema no se basa en el criterio de expertos en violencia que dan un opinión científica, sino que que se incluye a todos los delincuentes. Antes la mayoría de registros era para 10 años (es competencia de cada estado) y sólo se incluía a crímenes sexuales con violencia. Ahora suele ser de por vida e incluye los delitos no violentos, con lo que la cantidad crece y crece. Un caso como el de Garrido suele llevar a las conclusiones equivocadas: imponer más restricciones quedificultan la reinserción y que no han demostrado ser funcionales.

P. ¿Cómo se explica el hecho de que el el mismo código postal donde vivía el secuestrador de la niña también tienen fijada su residencia otros 100 delincuentes?

R. No conozco en profundidad este caso específico, pero se les excluye de residir en muchas áreas. Si tienes 100 personas en el registro, según las leyes actuales, habría que comprobarlas todas cuando algunas no necesitan ser controladas mientras que otras sí son peligrosas y no son vigiladas. La política más inteligente sería reducir los registros, sobre todo en un momento en el que California afronta una crisis presupuestaria terrible y no tiene recursos suficientes.

P.¿Impedir a un criminal vivir cerca de las escuelas o parque tiene algún sentido?

R.El lugar en el que vive un anterior asaltante no importa si quiere cometer un crimen. La mayoría de estas situaciones se produce en el entorno cercano y familiar. Por ejemplo, en el caso de un hombre que tenga una relación con una mujer que tenga hijos. Se pierden muchos recursos en que las fuerzas del orden comprueben dónde vive cada persona de la lista. Desde Human Rights Watch abogamos por una evaluación individual del riesgo de cada caso.

P.¿Es una apuesta fácil para los políticos el abogar por leyes cada vez más restrictivas?

R. En efecto, uno de los mayores temores ante las elecciones es que  les acusen de preocuparse más por los delincuentes sexuales que por los niños. Estamos en el mal camino y es difícil corregir esta trayectoria. Por esta razón, tenemos agente como Garrido libre y sin control.

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