Hungría gastó más de 100 millones de € en alambre de espino para detener a los refugiados

    • Amnistía Internacional exige a la UE que lance a Hungría una advertencia por las violaciones de derechos humanos cometidas durante la crisis de refugiados.

    • El Parlamento húngaro se ha dedicado a presentar nuevas leyes que han dado lugar a una agresiva respuesta que incluye flanquear sus fronteras con soldados

Valla entre Hungria y Serbia (AFP)
Valla entre Hungria y Serbia (AFP)

Hungría ha mostrado su cara menos solidaria en la gestión de la crisis de refugiados en Europa. El gobierno de Viktor Orban "ha invertido más 100 millones de euros en cercas de alambre de espino para mantener fuera a los refugiados, el triple de los que gasta en recibir a personas que necesita asilo", ha señalado la ONG Amnistía Internacional.

El presupuesto de la Oficina de Inmigración y Nacionalidad para 2015 fue de 27,5 millones de euros. "El coste de estas abominables operaciones contra los refugiados es increíble, y tiene lugar a costa de los derechos, la salud y el bienestar de miles de personas."Sería infinitamente más sensato dedicar ese dinero a salvar vidas y mejorar futuros. Ya es hora de que todos los Estados miembros de la UE inviertan urgentemente en una solución compasiva y coordinada, asegura el director de Amnistía Internacional, John Dalhuisen.Según el documento de la ONG, en los ocho primeros meses de 2015, un total de 161,000 personas han solicitado asilo en Hungría. Una cifra mucho mayor que la del año pasado, cuando el país recibió 42,777 peticiones. Las cifras muestras un gran aumento de los solicitantes de asilo que huyen de conflictos como la guerra en Siria e Irak, así como la violencia generalizada en Afganistán. En un documento asegura que la combinación de las vallas de alambre y la "criminalización" de aquellos que intentan entrar en el país, "se ha diseñado para aislar a Hungría de una crisis global y europea".

Desde la ONG, advierten de que "Hungría se está transformando, de hecho, en una zona sin protección a las personas refugiadas, incumpliendo flagrantemente sus obligaciones en materia de derechos humanos y despreciando la evidente necesidad de trabajar con otros países de la UE y los Balcanes para encontrar soluciones colectivas y humanas a la crisis actual".Orban ha endurecido sus leyes de migraciónEl Parlamento húngaro se ha dedicado a presentar nuevas leyes que han dado lugar a una agresiva respuesta que incluye flanquear sus fronteras con soldados y policías autorizados para utilizar balas de goma, granadas de gas lacrimógeno y artefactos pirotécnicos. A lo largo de la frontera con Croacia se han situado vehículos blindados equipados con ametralladoras, y soldados equipados con armas de fuego del tipo de las utilizadas por las fuerzas especiales.Otras nuevas leyes han permitido a Hungría incluir a Serbia en una lista de países seguros de origen y tránsito, a los que los solicitantes de asilo van a ser devueltos, sin tener en cuenta los enormes obstáculos a los que se enfrentan para acceder a protección en ese país. Las personas refugiadas y solicitantes de asilo que entran irregularmente se enfrentan también al procesamiento penal, en contra de lo dispuesto por el derecho internacional de los derechos humanos.

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