Impunidad y símbolos separatistas amenazan la paz en la indonesia Aceh

  • La paz en la provincia indonesia de Aceh vuelve a estar amenazada con la resurrección de símbolos separatistas y la impunidad en la que viven los culpables de crímenes perpetrados durante el conflicto armado independentista.

Paula Regueira Leal

Yakarta, 21 abr.- La paz en la provincia indonesia de Aceh vuelve a estar amenazada con la resurrección de símbolos separatistas y la impunidad en la que viven los culpables de crímenes perpetrados durante el conflicto armado independentista.

La lucha violenta entre los separatistas y el Ejército indonesio, que duró tres décadas y se cobró entre 10.000 y 30.000 vidas, puede reanudarse si no se juzgan las innumerables violaciones de los derechos humanos cometidas entonces, advirtió Amnistía Internacional al presentar un informe esta semana en Yakarta.

Aceh ha dispuesto de poco más de ocho años para rehacerse del devastador tsunami que arrasó una parte importante de la provincia y aún menos tiempo desde que las dos partes firmaron la paz en Helsinki, la guerrilla se desarmó y ganó el Gobierno en una elecciones democráticas.

Sin embargo, el reparto del poder y de los beneficios de la explotación de las riquezas de ese antiguo sultanato, entre otras cosas, han abonado el terreno para la pervivencia de una continua tensión entre la capital provincial, Banda Aceh, y la del país, Yakarta.

La última polémica la ha desatado la decisión del Gobierno local de usar la bandera de la antigua guerrilla Movimiento de Liberación de Aceh (GAM) como símbolo oficial y la izada de la enseña roja, con una media luna, una estrella y rayas blancas y negras.

El gobernador de Aceh, Zainal Abdullah, un exguerrillero elegido en enero de este año, defendió que este emblema simboliza "la lucha del pueblo y sus deseos".

No obstante, el Gobierno central ha concedido un plazo máximo de 60 días para retirar la bandera porque viola al menos tres disposiciones: una regulación estatal contra el uso de insignias separatistas, la ley autonómica que rige Aceh y el propio pacto de paz en Helsinki en 2005.

Las autoridades indonesias temen que esta controversia avive el movimiento separatista y por ello el presidente del país, Susilo Bambang Yudhoyono, se ha apresurado a denunciar la medida aprobada en Aceh.

"No quiero que retrocedamos, quiero que avancemos juntos en el desarrollo de Aceh, para hacer que sea más segura y próspera. No escarbemos en conflictos pasados", declaró el mandatario.

No obstante, las víctimas y grupos pro derechos humanos han denunciado que dar la espalda a los efectos que 30 años de guerra civil produjeron en Aceh es una de las razones por las que las heridas todavía no han cicatrizado.

El presidente de la asociación de Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos en Aceh (K2HAU), Murtala, señaló a Efe que "aquellos que creen que juzgar a los culpables brindará inestabilidad se equivocan, el proceso de paz no será sostenible si no hay justicia".

"Mucha gente todavía no sabe qué les sucedió a sus familiares desaparecidos, mientras los que son responsables de esos crímenes siguen libres, esa es la carga que soportamos", aseveró Murtala.

Amnistía Internacional dijo que en la provincia pervive un clima de impunidad porque que casi nadie ha sido juzgado por los asesinatos, violaciones, torturas, secuestros y otros delitos que el Ejército y el GAM cometieron durante el conflicto armado.

La activista Isabelle Arradon, de la citada organización, acusó a las autoridades de "haber fallado en el combate a la impunidad y no haber logrado establecer una comisión de la verdad que proporcione justicia y reparación a las víctimas".

Una opinión que comparte la periodista acehnesa Nani Afrida, quien aseguró que la confianza "es el elemento más importante" y por ello pidió una comisión de la verdad y una corte de derechos humanos.

"Tras más de ocho años de paz todavía no se ha hecho justicia con las víctimas", reclamó Afrida.

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