Irán eleva el enriquecimiento de uranio y EEUU y China piden sanciones

  • La república islámica ya ha anunciado que producirá uranio enriquecido a un nivel del 20%, mientras EEUU está a la espera en las próximas semanas de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el programa nuclear iraní. Los cincos países del Consejo, incluido China, se han mostrado decididos a impedir que Irán obtenga armas nucleares.
Reuters

Mientras el Pentágono afirmaba que Estados Unidos quiere una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el programa nuclear iraní "en unas semanas", Irán informaba de que ha comenzado a producir combustible nuclear de más graduación.

La república islámica, que niega que su programa nuclear tenga propósitos militares, anunció el domingo que producirá uranio enriquecido a un nivel del 20 por ciento para un reactor de investigación en Teherán que fabrica isótopos médicos para pacientes de cáncer.

Esto se produce después de que no se lograse acordar los términos de una propuesta de intercambio nuclear con las grandes potencias según el cual Irán enviaría la mayor parte de su uranio poco enriquecido al exterior a cambio del combustible con mayor nivel de enriquecimiento.

Ahora estas potencias han reforzado las conversaciones sobre cómo responder a esta decisión y qué forma tomaría una cuarta ronda de sanciones de la ONU contra el programa nuclear iraní.

"Creo que va a tardar algún tiempo, diría semanas, no meses, ver si podemos conseguir otra resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", dijo a Fox News el secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, según la transcripción de la entrevista.

La televisión estatal citó al jefe de la agencia nuclear iraní Ali Akbar Salehi, informando de que "hoy comenzamos a producir combustible nuclear enriquecido al 20 por ciento (...) en presencia de inspectores del OIEA (iniciales en inglés del Organismo Internacional de la Energía Atómica)".

A pesar de sus negativas, las potencias occidentales temen que Irán esté enriqueciendo el uranio con el objetivo de fabricar armamento atómico. Ahora Teherán enriquece su uranio a un nivel del 3,5 por ciento.

Aunque para fabricar una bomba atómica es necesario enriquecerlo a alrededor del 90 por ciento, llegar al 20 por ciento es un gran paso, porque el enriquecimiento a bajo nivel es la fase más lenta y difícil del proceso.

Irán no dispone de centrales nucleares que puedan usar el uranio poco enriquecido que ya ha producido, y también carece de la tecnología con la que convertir el uranio al 20 por ciento en las barras de combustible nuclear necesarias para el reactor médico.

"Creo que Irán siempre tuvo la intención de enriquecer al 20 por ciento", dijo Mark Fitzpatrick, experto en proliferación del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos. "Ostensiblemente, para suministrar el reactor de investigación, pero también para ganar experiencia enriqueciendo a niveles más elevados que podría ser útil para la producción de armas".

Reacciones internacionales

El jefe de seguridad nacional de Rusia, que en anteriores ocasiones se había mostrado más partidario del diálogo que de las sanciones, dijo que los temores occidentales sobre las intenciones nucleares de Irán están bien fundadas y que puede que haga falta algo más que hablar para acabar con su postura desafiante.

"Estas medidas que (Irán) está adoptando (...) despiertan dudas en otros países y esas dudas son muy válidas", dijo el secretario del Consejo de Seguridad presidencial, el halcón Nikolai Patrushev, en unas declaraciones en televisión.

Esto refuerza las indicaciones de que Rusia podría aceptar nuevas sanciones de la ONU. Un importante diputado dijo que se deberían estudiar medidas económicas contra Irán, que es un importante productor de petróleo.

Entre los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad - Rusia, EEUU, Francia, Reino Unido y China - incluso la gran potencia asiática ha comunicado a Reino Unido que está decidida a impedir que Irán obtenga armas nucleares, según dijo el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Miliband.

Entre los posibles objetivos de nuevas sanciones se encuentran el Banco Central de Irán, la Guardia Revolucionaria - que potencias occidentales dicen es clave para el programa nuclear - y empresas de transporte y del sector energético, según declaraciones de diplomáticos occidentales.

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