J. Maraña: "El nuevo periodismo nos exige autocrítica y una cura de humildad"

  • Convencido de que el periodismo está "muy vivo" pese a que el negocio ha cambiado, el director editorial del diario online InfoLibre, Jesús Maraña, opina que la "revolución digital" exige autocrítica a los periodistas, que necesitan una "cura de humildad" porque han pasado mucho tiempo "sermoneando".

Raquel de Blas

Madrid, 15 dic.- Convencido de que el periodismo está "muy vivo" pese a que el negocio ha cambiado, el director editorial del diario online InfoLibre, Jesús Maraña, opina que la "revolución digital" exige autocrítica a los periodistas, que necesitan una "cura de humildad" porque han pasado mucho tiempo "sermoneando".

Maraña (Sahagún, León, 1961), que ha desarrollado su carrera mayormente en medios escritos aunque también ha tocado televisión y radio, asegura que no se arrepiente de ninguno de los proyectos en los que se ha embarcado porque le han demostrado que el periodismo "tiene mil maneras de encauzarse" pero lo esencial es el contenido.

"Si queremos mantener el periodismo, hay que reivindicar los contenidos, aportar algo, y aportarlo sin engañar a nadie", aboga Maraña en una entrevista con EFE, en la sostiene que el periodismo "independiente y honesto" en Internet tiene un valor y hay que dárselo.

PREGUNTA: Parece que el periodismo en España atraviesa sus horas más bajas en cuanto a valoración por parte de la ciudadanía ¿a qué se debe?

RESPUESTA: Creo que hemos sufrido un proceso, a juicio de la gente, paralelo al de la política. La gente desconfía de la política porque ha percibido que las decisiones principales no las toman los políticos, sino que están condicionados por otros poderes. Y a la vez existe la percepción de que no se afronta bien la corrupción, es decir, la deshonestidad. En lo mediático, la gente ha percibido que los periodistas no éramos los que tomábamos las principales decisiones sino que estaban contaminadas por intereses políticos o económicos.

Esos dos procesos son paralelos pero llevan a un problema común que es el descrédito. Además la gente tiende a generalizar -a veces injustamente- y se establecen referencias o creencias comunes y se habla de 'los medios' o 'los periodistas' de una manera genérica, sin distinguir a unos de otros y sin diferenciar si uno se ha salido o no de esos esquemas.

El caso es que hay un proceso paralelo de descrédito cuyo origen está en esa confusión de intereses y en esas condiciones hay que asumir que la gente diga: si no me fío, para qué voy a necesitar esto y para qué voy a pagar por ello.

P: ¿Hay autocrítica en la profesión?

R: Creo que ha habido mucha menos de la necesaria. Pero una de las cosas que aporta la revolución digital es que ya no se puede continuar en algo en lo que muchos medios y periodistas hemos estado durante demasiado tiempo: una especie de burbuja sobre el púlpito desde la que impartíamos información o doctrina y sermoneábamos.

Además, el modelo de rectificación o crítica era lento (cartas al director). Ahora eso es instantáneo, no sirve ese modelo. Se necesita una cura de humildad enorme porque tienes que estar en un diálogo permanente con los lectores: tú dices algo que no responde a la realidad y siempre hay alguien al otro lado de la web que sabe más que tú. Eso significa que instantáneamente alguien aporta una información o una percepción distinta y hay que tenerlo en cuenta. Eso provoca y tiene que provocar, a mi juicio, una autocrítica y una cura de humildad.

P: Principalmente ha trabajado en medios escritos, pero también ha pasado por televisión y radio. ¿Qué medio prefiere?

R: He sido siempre muy inquieto y he ido pasando de un proyecto a otro a medida que me ilusionaban o conectaba con ellos. Pero no me arrepiento de esos cambios porque en mi trayectoria, lo que sí me he demostrado a mi mismo, es lo que ahora estoy reivindicando con este nuevo proyecto de InfoLibre: el periodismo tiene mil maneras de encauzarse, de conducirse por carriles muy distintos, pero lo esencial es el contenido (...) Si queremos mantener el periodismo, hay que reivindicar los contenidos, que tú puedas aportar algo y que lo hagas honestamente, sin engañar a nadie y sin vender un discurso que yo hace muchísimo tiempo renuncié a comprar: es falso eso de la equidistancia, la neutralidad, la objetividad pura; no ha existido nunca, y hay que reivindicar que tú eres honesto al decir 'este es mi punto de vista', pero diferenciando los hechos de las opiniones. Sinceramente creo que el periodismo está muy vivo, otra cosa es que encontremos las fórmulas que lo haga sostenible (...)

¿Y dónde me siento yo más a gusto? Escribiendo es donde más disfruto; y si me preguntas, te diría: aún disfruto más leyendo. Si alguien me diera la opción de dedicarme a algo, a una sola cosa, yo diría leer, no me cansaría nunca de leer. ¿Lo siguiente? Escribir. ¿Lo siguiente? Hablar o debatir con respeto y talante.

P: InfoLibre es pionero en el mercado de medios digitales españoles por su modelo de negocio, parcialmente de pago y cerrado para suscriptores ¿Cómo ha sido acogido por el público cuando parece que en España prevalece la cultura del "todo gratis"?

R: Estamos satisfechos con la acogida porque desde que nacimos, hace 8 meses, hemos ido creciendo cada semana en el número de socios que se van inscribiendo a InfoLibre, un medio que nace sin recursos para grandes campañas y que la forma de darnos a conocer han sido las propias redes sociales e Internet. Hay que vencer una resistencia por la propia inercia y la cultura que hay en este país que identifica de alguna manera Internet y gratuidad.

Reivindicamos que el buen periodismo, el periodismo independiente, honesto en Internet, tiene un valor y por lo tanto hay que acostumbrarse a darle un valor, aunque sea mínimo.

P: Su socio francés, Mediapart -cuyos ingresos provienen exclusivamente de sus suscriptores- fue creado en 2008 y tres años después contaba 60.000 suscriptores y con beneficios por primera vez ¿Cuáles son sus previsiones? ¿Se están cumpliendo sus expectativas?

R: Cuando nos pusimos como referencia el modelo Mediapart, nos reunimos con ellos para ver cómo lo habían hecho ellos y cómo pretendíamos hacerlo nosotros y ahí ya establecimos una diferencia: nuestro modelo nace híbrido, con una parte en abierto, precisamente porque Francia y España no son dos mercados exactamente iguales, son dos culturas diferentes y dedujimos que nos iba a costar mucho más alcanzar esas cifras además de que tampoco teníamos los recursos económicos que tuvo Mediapart.

Por eso, nuestros objetivos son más modestos. El punto de equilibrio está calculado para finales de 2015, según el ritmo al que estamos creciendo, pero para eso obviamente hay que resistir por el camino con las pérdidas que va causando un modelo que no da beneficios hasta dentro de año y medio.

P: ¿No es arriesgado atreverse en estos momentos con nuevos proyectos?

R: Sí, sí, claro, esto tiene un riesgo, lo que pasa es que cuando iniciamos esto analizamos el espectro mediático en España, fundamentalmente en papel, y queríamos hacer otra cosa que consideramos necesaria: seguir haciendo periodismo en Internet y hacerlo de una manera que intente al menos recuperar la credibilidad, que para nosotros ha provocado también un desgaste muy claro en las cabeceras tradicionales.

Pusimos sobre la mesa un proyecto con un modelo que sí es arriesgado, pero es más arriesgado el permanente suicidio en el que están lo medios tradicionales o por lo menos eso indican los resultados de los últimos años.

P: En su carta de presentación, InfoLibre presume de autonomía total de sus periodistas tanto editorial como empresarialmente ¿Cómo se garantiza esa independencia?

R: Se garantiza si el modelo de negocio en sí funciona. Todos los medios presumen de ser independientes, la cuestión es que desde el propio formato empresarial ya se sea independiente. Por eso, la estructura de nuestro modelo consiste en que la mayoría accionarial la tenemos periodistas españoles, periodistas franceses de Mediapart y además hay núcleos de pequeños inversores, que no alcanzan la mayoría accionarial que tenemos los periodistas y que firman un pacto de socios en el que se garantiza que todas las decisiones editoriales y de plantilla las tomamos los responsables editoriales, que somos los periodistas. También está la "sociedad de amigos", que consiste en que cualquier ciudadano que quiera participar en la propiedad de Infolibre pueda hacerlo con representación en su Consejo de Administración. En esto nos ayudan gente del mundo de la cultura, del cine, de la universidad... que dan la cara y animan a participar.

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