Madrid, 5 jun.- Joaquín Martínez, el primer español que salió del corredor de la muerte, asegura que "las secuelas quedan y no se pueden borrar", y que doce años después de abandonar la cárcel sigue soñando que está preso, y confía en que Pablo Ibar -único español condenado en EEUU a la pena de muerte- salga pronto de allí.
"Cuando estaba dentro del corredor soñaba que estaba en alguna playa disfrutando con la familia y cuando me despertaba lo primero que veía eran los barrotes y el mono naranja que llevaba y se me venía el mundo abajo.
Ahora, estando libre, doce años después sigo soñando que estoy preso", ha dicho Martínez en la presentación del 5º Congreso mundial contra la pena de muerte, que se celebrará en Madrid la próxima semana.
Martínez ha querido agradecer no tanto lo que se hizo por él para salir del corredor como "lo que se sigue haciendo" y ha puesto como ejemplo el congreso, que, a su juicio, supone una "puerta abierta" para que todas las personas, organizaciones y políticos que creen en los derechos humanos participen y colaboren en la abolición de la pena de muerte.
"En mi casa no puedo tener bombillas -ha relatado-, en 1997 solo teníamos la silla eléctrica y en la celda teníamos la bombilla que vemos todos en las películas, que parpadea, se apaga y vuelve a encenderse cuando ejecutan a alguien... En mi casa no tengo bombillas, tengo halógenos y solo porque tengo momentos en los que estoy en blanco completamente".
Junto a Martínez ha estado el padre de Ibar, Cándido Ibar, que ha asegurado que "hay que empujar más para llegar a la meta" de sacar a su hijo del corredor de la muerte -que lleva preso desde 1994 y condenado por un triple asesinato- "antes de que sea demasiado tarde".
"Cuando escucho el tiempo que lleva Pablo y lo fuerte que se está manteniendo, solo puedo esperar y confiar en que no esté mucho más tiempo ahí dentro (...) No puedo imaginarme lo que es ser Pablo Íbar, y está en la misma cárcel y en la misma celda en la que he estado yo", ha recordado Martínez.
Ha confesado que antes de conocer en primera persona lo que significa la pena de muerte, estaba a favor de ella, en los casos de especial crudeza, y se ha mostrado emocionado por estar hoy sentado y por participar la próxima semana en el congreso para explicar que los crímenes deben ser castigados, pero no con la pena de muerte.
Él tuvo un buen final gracias a la lucha iniciada por su padre para demostrar su inocencia y que los medios de comunicación retransmitieron, por lo que ha reclamado de nuevo su apoyo.
"Si no hacemos más, podemos estar hablando dentro de unos años del primer español asesinado legalmente y eso no lo voy a permitir yo y sé que vosotros tampoco", ha concluido.
Cándido Ibar ha querido trasladar el agradecimiento de su hijo a España porque si no fuera por todo lo que se está haciendo "quién sabe dónde estaríamos" y quizás no tendrían "otra oportunidad" de apelación, fase en la que se encuentran actualmente.
"No se está pidiendo una libertad, simplemente una oportunidad para un nuevo juicio", ha añadido.
También ha intervenido Ahmed Haou, un excondenado a muerte en Marruecos que se ha mostrado optimista con la situación en su país, porque, ha dicho, "ha habido avances que dan una luz de esperanza a los sentenciados a la pena de muerte".
Igual de esperanzado está el director de la asociación francesa Juntos contra la pena de muerte -organizadora del congreso-, Raphaël Chenuil, que ha señalado que "hace 20 o 30 años" dos tercios de los países eran no abolicionistas y aplicaban la pena de muerte pero se ha producido un "cambio total" y ahora son dos tercios los países que son abolicionistas en la práctica. EFE
rbf/pv
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios