Jornada de reflexión electoral en un Túnez conmocionado por el terrorismo

  • Túnez vive hoy su jornada de reflexión ante los comicios legislativos de mañana conmocionado por la muerte de ocho personas (cinco de ellas mujeres extremistas) en dos operaciones antiterroristas registradas en los dos últimos días.

Miguel Albarracín

Túnez, 24 oct.- Túnez vive hoy su jornada de reflexión ante los comicios legislativos de mañana conmocionado por la muerte de ocho personas (cinco de ellas mujeres extremistas) en dos operaciones antiterroristas registradas en los dos últimos días.

El terrorismo ha desplazado el interés de los informativos y la prensa por una jornada electoral que se considera decisiva para el futuro político del único país de la región donde la primavera árabe ha desembocado en un proceso democrático.

El diario "La Presse", el de mayor tirada en el país, publica hoy un editorial en el que vincula la gravedad del último atentado y las elecciones y recuerda a los tunecinos que tienen "la ocasión de tomar en sus manos su futuro".

"Los tunecinos deberían votar en masa para salvar el país. Una fuerte tasa de abstención será el fracaso de las elecciones y de la democracia", concluye el diario.

El líder juvenil Rami Esgaier, uno de los símbolos de la revuelta juvenil que desencadenó la "primavera árabe" en Túnez y que luego se contagió a otros países árabes, dijo a Efe que prevé "un alto índice de abstención entre los jóvenes, auténticos desencantados por el desengaño de la revolución frustrada" que ellos protagonizaron.

Esgaier destaca que, con respecto a los comicios de 2011, cerca de dos millones de tunecinos ni siquiera se han inscrito en el censo electoral, una cifra altísima teniendo en cuenta que el número definitivo de electores es de 5.285.136 en el país más 395.530 en el extranjero.

Dos partidos políticos de ideologías diametralmente opuestas dominan el panorama electoral y se situaran en primera línea del nuevo escenario político que surgirá de los comicios, señalan los expertos.

Las campañas electorales de los islamistas moderados del Movimiento Al Nahda y la de los conservadores laicos de Nidá-Túnez han sido las únicas que pueden calificarse de multitudinarias, lo que les ha desmarcado del resto de partidos concurrentes.

Para el presidente de la fundación de estudios estratégicos Ibn Rochd, Kamal Ben Younes, la campaña electoral "ha aclarado que la escena política está compuesta por tres grandes tendencias", pues él añade a los dos citados una tercera corriente izquierdista.

"Por un lado están los exresponsables de los anteriores regímenes de Burguiba y Ben Ali, con Nidá-Tunis en cabeza; luego está la corriente de los que se apoyan en la identidad árabo-islámica, liderada por Al Nahda, y una tercera formada por izquierdas, socialistas y sindicalistas", dice el estratega.

Sin embargo, no es un secreto para nadie que los izquierdistas, puestos a elegir, se inclinarán por el "polo laico" de Nidá-Tunis, cuyos responsables ya les han ofrecido una alianza con previsible reparto de poder.

"Tanto Nidá-Tunis como Al Nahda pueden salir muy igualados, con alrededor de un tercio de los 217 escaños en juego para la nueva Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP), y tendrán entonces que buscar apoyo de pequeños partidos afines ideológicamente para designar un jefe de Gobierno", aventura Ben Yunes.

En este sentido, otros politólogos, como Tarek Chabuni, subrayan también que no debe minimizarse el papel que jugarán las más de 200 listas de independientes que participan y que pueden inclinar la balanza hacia Nidá-Tunis o Al Nahda en el futuro Parlamento.

Estas elecciones son las primeras libres y democráticas tras la promulgación de la nueva Constitución del 27 de enero pasado, que inauguró la "II República" y que pondrá fin a la transición política actual, pudiendo servir de modelo para el futuro en otros países árabes.

La campaña electoral, en general pacífica en el tono de sus participantes, ha mostrado una gran polarización similar a la que se vivió en Egipto.

El jefe de campaña del candidato de Nidá-Tunis para las elecciones presidenciales de noviembre, Monsef Marzuk, lo explica así de claro: "las elecciones legislativas definirán la naturaleza del régimen para los próximos años, entre democrático y modernista o entre oscurantista y retrógrado".

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