Juan Carlos I recibe las llaves de oro de la capital marroquí

  • El rey Juan Carlos I de España terminó hoy su viaje oficial a Marruecos con dos actos cargados de simbolismo: la recepción de la llave de oro de Rabat, por vez primera entregada a un jefe de Estado extranjero, y la visita junto a Mohamed VI a un centro de reinserción de jóvenes.

Antonio del Rey

Rabat, 18 jul.- El rey Juan Carlos I de España terminó hoy su viaje oficial a Marruecos con dos actos cargados de simbolismo: la recepción de la llave de oro de Rabat, por vez primera entregada a un jefe de Estado extranjero, y la visita junto a Mohamed VI a un centro de reinserción de jóvenes.

La satisfacción en el país marroquí por el resultado de este viaje, el primero tras su operación de hernia discal del pasado 3 de marzo grandes expectativas, ha sido completa, tal y como reconoció hoy el propio presidente del Gobierno, Abdelilah Benkirán, tras despedir al Rey en el aeropuerto.

El viaje de cuatro días del monarca español deja encaminados varios frentes, económico y comercial, educativo y cultural, que permitirán reforzar la cooperación mutua dentro de la "asociación estratégica" que persiguen los dos países y cuyos objetivos aparecen marcados en una declaración conjunta hecha pública hoy.

La nota remarca el "excelente estado" de las relaciones bilaterales en todos los ámbitos y explica que Juan Carlos I y Mohamed VI han animado a sus respectivos gobiernos a "seguir trabajando en esa línea para desarrollar aún más este nuevo modelo de vecindad entre los dos reinos".

Tras la difusión del comunicado conjunto, el Rey español acudió al Ayuntamiento de Rabat, donde recibió la llave de oro de la ciudad, un reconocimiento sin precedentes, ya que nunca se había dispensado a un mandatario extranjero.

El acto le sirvió para confesar, en un discurso que también lo fue de despedida, que el viaje le dejará una "huella imborrable" por la "hospitalidad y el cariño con los que me han recibido su majestad el rey Mohamed VI y el querido pueblo marroquí".

Juan Carlos I acompañó después al monarca alauí a inaugurar un centro de reinserción de jóvenes situado en la periferia norte de Rabat.

Los 15 kilómetros que separan la capital de esta humilde población, donde se ubica este centro social, en Buknadel, estaban jalonados de banderas españolas y marroquíes.

"Parece que Mohamed VI ha echado el resto", comentó a EFE un miembro de la delegación española al ver el gran despliegue de enseñas, los centenares de marroquíes que querían ver a los dos monarcas.

La decisión de invitar a Juan Carlos I a conocer este lugar fue adoptada personalmente por el rey marroquí, dentro de un viaje cargado de gestos y en consonancia con el espíritu caritativo y solidario que acompaña el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes.

Esta visita a Marruecos también ha tenido una faceta muy personal para el rey de España, porque aunque todavía debe usar dos muletas para caminar dentro del proceso de recuperación de su última operación, ha cumplido a rajatabla una intensa agenda y se le ha visto volcado en responder a las muchas atenciones de su anfitrión.

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