Justicia examinará la toma de posesión de Puigdemont por si hubiese que impugnarla

    • Puigdemont asumió la presidencia sin prometer fidelidad al Rey ni a la Constitución yprometiendo "fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament".
    • Justicia, a través de la Abogacía del Estado, analizará el acto y se considera que no es conforme a la Constitución "se promoverán las acciones que corresponda".
Puigdemont, en la toma de posesión.
Puigdemont, en la toma de posesión.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha asumido este martes el cargo prometiendo "fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament", obviando la mención a la Constitución y al Rey, tal como había costumbre de hacer hasta ahora.

Lo ha hecho en el acto de toma de posesión celebrado en el Palau de la Generalitat, después de que la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, haya leído el decreto que le habilita en la Presidencia de Catalunya, tras ser investido el domingo en el Parlament con los votos de los 62 diputados de JxSí y de 8 de los 10 de la CUP.

La fórmula es inédita y, presumiblemente, ha sido adoptada como gesto de rechazo a la negativa de Felipe VI de recibir a Forcadell, quien debía comunicarle el nombramiento del nuevo president. En su lugar, se le pidió que remitirse la comunicación por correo.

En concreto, la presidenta del Parlament ha evitado citar al Rey ni a la Constitución y ha preguntado a Puigdemont: "¿Promete cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament?", a lo que Puigdemont ha respondido afirmativamente.

Mas ya apostilló "Sí, lo prometo, con plena fidelidad al pueblo de Catalunya" cuando fue investido en 2010 y 2012. Entonces, era la respuesta a la sentencia del Constitucional sobre el Estatut. La ley obliga al presidente del Parlament a pronunciar la pregunta. "¿Prometéis por vuestra conciencia y vuestro honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de president de la Generalitat de Catalunya con fidelidad al Rey, a la Constitución, al Estatuto de Catalunya y a las instituciones nacionales de Catalunya?".Se estudia la impugnación

Tras la peculiar promesa del cargo de presidente de la Generalitat por parte de Carles Puigdemont, el Gobierno ya ha tomado cartas en el asunto. Justicia examinará con lupa la toma de posesión de Puigdemont, que tiene condición de aforado en función de su cargo institucional, y en el caso de que se haya cometido alguna ilegalidad, impugnará su nombramiento.

El ministerio, a través de la Abogacía del Estado, analizará cada acto, cada hecho o disposición y cuando se considere que no es conforme a la Constitución "se promoverán las acciones que corresponda", aseguró el ministro de Justicia en funciones,Rafael Catalá.

El ministro ya había advertido de que el presidente de la Generalitat,Carles Puigdemont, "en ningún caso" podía introducir en la fórmula que use para asumir el cargo elementos que desvirtuaran eljuramentode cumplimiento de sus obligaciones y de la Constitución.

En este sentido, la abogada Candela Castejón ha explicado a lainformacion.com que la fórmula de Puigdemont vulnera claramente el artículo108 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General dispone que: "En el momento de tomar posesión y para adquirir la plena condición de sus cargos, los candidatos electos deben jurar o prometer acatamiento de la Constitución, así como cumplimentar los demás requisitos establecidos en las leyes o reglamentos respectivos".

Sin embargo, esta jurista reconoce que a pesar de lo claro de la ley, esta no recoge consecuencias directas a incumplir dicho nombramiento. "Si la Abogacía del Estado denuncia la falta de promesa y juramento, serán los tribunales los que deberán dictaminar si es válido o no. Al no haber jurisprudencia al respecto, la cuestión será muy polémica, igual que lo fue cuando ciertos diputados añadieron a su juramento la frase de por imperativo legal", explica.Una polémica toma de posesión

Puigdemont afirmó, durante su toma de posesión en Barcelona, que los catalanes están “ahogados y humillados financieramente” y se desprecia su identidad, por lo que necesitan una “herramienta” que permita superar todo esto, en clara referencia al proceso secesionista.

Puigdemont pronunció estas palabras en el Palacio de la Generalitat, donde asumió el cargo de manos de su antecesor, Artur Mas, y en un acto que contó con numerosos responsables públicos y personalidades, entre ellos el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y los expresidentes catalanes José Montilla y Pasqual Maragall.

Jorge Fernández, que acudió como representante del Gobierno de la Nación junto a la delegada en Cataluña, Llanos de Luna, fue abucheado y pitado a su salida del Palacio de la Generalitat por el público asistente. El ministro aseguró posteriormente que acudió por obligación y por educación.

Puigdemont, tras asegurar que se siente “deudor” de los anteriores presidentes catalanes y “en especial” de Mas, señaló que asumía el cargo con “una gran responsabilidad y un gran honor”.

Asimismo, se refirió a no se pueden garantizar las demandas de los catalanes y todos los servicios sociales que requieren “si no cambiamos las herramientas de las que disponemos”.

"“Con lo que nos han dejado, no podemos hacerlo, estamos ahogados, humillados financieramente, estamos desatendidos por las inversiones del Estado, menosprecian nuestra identidad. Por lo tanto, necesitamos una herramienta que nos permita garantizar todo esto”", afirmó el nuevo presidente catalán en clara referencia al proceso secesionista.

Sin embargo, sostuvo que esto “no lo podemos hacer de cualquier manera” y “lo vamos a hacer muy bien”. Por este motivo, apuntó que “nos tenemos que explicar más y mejor e implicar a más gente”, así como completar el plan de gobierno “en todos sus aspectos” y garantizar solvencia jurídica” de todas las decisiones que se adopten.

El acto de toma de posesión terminó con la interpretación de Els Segadors el himno catalán en el Palacio de la Generalitat. Seguidamente, Puigdemont y Mas abandonaron la sede oficial del Gobierno autonómico.

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