Karua, una mujer de carácter contra el machista panorama político keniano

Javier Triana

Nairobi, 28 feb.- Martha Karua, la única mujer entre los ocho aspirantes a la Presidencia de Kenia, pugnará con el carisma y la determinación que la caracterizan por hacerse con el máximo cargo estatal en los comicios del próximo 4 de marzo.

De 55 años, de la mayoritaria tribu kikuyu y de marcadas facciones, la líder de la Coalición Nacional Arcoiris (NARC-Kenya, en su acrónimo inglés) se ha ganado el apodo de "dama de hierro" por su fortaleza y aguante en un mundo, el de la política keniana, eminentemente dominado por varones.

Titulada en Derecho, con carrera en la magistratura keniana y desafiante con la dictadura del expresidente Daniel Arap Moi, Karua cosechó simpatías entre el electorado keniano por su valentía y su dedicación a la lucha por los derechos humanos y la justicia.

Sin embargo, en una sociedad conservadora como la keniana, su estatus de divorciada y con dos hijos ha provocado algunas críticas, que Karua, diputada desde 1992, siempre ha menospreciado.

Fue ministra bajo la presidencia del mandatario saliente, Mwai Kibaki, primero de Agua y Regadío (2003-2005) y más tarde de Justicia y Asuntos Constitucionales (2005-2009).

La aspirante presidencial dimitió de este último cargo por lo que consideró interferencias de la Presidencia con las reformas del sistema judicial, un caso raro en un país en el que los ministros, por lo general, se agarran al cargo como vehículo de enriquecimiento.

Karua es una persona muy activa en las redes sociales (en especial en Twitter) y ha dado pasos inéditos en la política del país africano: cuando el Parlamento pospuso por segunda vez las elecciones, de diciembre de 2012 a marzo de 2013, la exministra aseguró que no cobraría su sueldo de diputada a partir de esa fecha.

Sin embargo, entre los votantes, la opinión sobre Karua está muy polarizada, y mientras algunos la consideran un modelo de liderazgo, otros la ven como una persona soberbia, dominante e intransigente.

Un comentario machista común entre los hombres en relación a ella es: "Si no puedo con mi mujer, ¿cómo voy a poder con una presidenta?".

Uno de sus votantes, el conocido cantante local Eric Wainaina, defiende a la candidata: "Creo que Martha puede llevar a cabo una importante construcción institucional, necesaria en este país. Creo que representa una ruptura con el pasado y que tiene muy claros los principios legales", dada su formación.

Sin embargo, Wainaina esboza también una típica crítica que se le hace a Karua: "Le debe una disculpa al país por su actuación durante la violencia postelectoral (de 2007 y 2008, en la que unas 1.300 personas murieron). Tiene que hacer las paces con el país por eso".

En aquella ocasión, Karua apoyó al ahora presidente saliente, quien llegó al poder entonces a través de lo que observadores internacionales y votantes consideraron un fraude electoral.

En su programa electoral la candidata promete un nuevo "espíritu de constitucionalismo" que se traduzca en una lucha eficaz contra la corrupción y en el respeto a la diversidad étnica nacional.

Además, Karua quiere instaurar un sistema universal de salud que beneficie a su compatriotas "desde la cuna hasta la tumba", e incrementar el acceso de los hogares kenianos a internet.

Durante la campaña, la aspirante ha puesto en duda la veracidad de los sondeos electorales, que le dan un bajo porcentaje de voto.

Tampoco se ha mordido la lengua al criticar a Uhuru Kenyatta, uno de los candidatos presidenciales favoritos, por concurrir a las elecciones mientras está imputado por la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes contra la humanidad cometidos durante la violencia postelectoral de 2007-2008.

En opinión de Karua, Kenyatta "debería primero limpiar su nombre respecto a las acusaciones de genocidio, antes de pedir el voto a nadie".