Kirchnerismo mejora en las encuestas pero sigue rezagado frente a favorito

  • En la recta final de la campaña para las legislativas del 27 de octubre en Argentina, el gubernamental Frente para la Victoria intenta frenar la sangría de votos que auguran las últimas encuestas, aunque en la provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país, acorta distancias con el favorito.

Buenos Aires, 19 oct.- En la recta final de la campaña para las legislativas del 27 de octubre en Argentina, el gubernamental Frente para la Victoria intenta frenar la sangría de votos que auguran las últimas encuestas, aunque en la provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral del país, acorta distancias con el favorito.

El gran adversario del partido del Gobierno es el exjefe de Gabinete y alcalde de la localidad bonaerense de Tigre, Sergio Massa, quien, según los últimos sondeos, cuenta con una intención de voto superior al 40 % en la provincia de Buenos Aires como cabeza del Frente Renovador, peronista como el partido gobernante.

En la provincia de Buenos Aires, bastión peronista, Massa se impondría con el 41,2 % de los votos, 8 puntos por encima del candidato del oficialista Frente para la Victoria (FpV), Martín Insaurralde, según una encuesta de Poliarquía divulgada hoy por el diario La Nación.

De acuerdo con los datos de Poliarquía, Massa ampliaría el triunfo que logró en las primarias del pasado 11 de agosto, cuando se impuso con el 34,9 % de los votos sobre el 29,6 % del candidato kirchnerista.

No obstante, Insaurralde ha mejorado en intención de voto y ha rebajado la distancia con Massa de 11 a 8 puntos en las últimas semanas, coincidiendo con el cambio en la estrategia de su campaña electoral tras la enfermedad de la presidenta, Cristina Fernández, que convalece de una neurocirugía que la mantiene apartada de la escena política.

Las estimaciones de Poliarquía coinciden con los cálculos de la consultora Management & Fit que adjudican a Massa una intención de voto del 40,5 %, siete puntos por encima de Insaurralde, que habría recortado cinco puntos su desventaja frente al intendente de Tigre en las últimas semanas.

Las encuestas indican que ni la enfermedad de la presidenta, Cristina Fernández, ni el escándalo por abuso de poder que ha sacudido la campaña y ha puesto en entredicho a un legislador oficialista por una discusión de tráfico, incidirán de forma importante en el resultado de las elecciones.

Management & Fit revela que la enfermedad de la presidenta frenó su caída de imagen y limitó el nivel de desaprobación de su gestión al 46,5 % frente al 57 % que registraba antes de su operación.

"Evidentemente, existe un impacto positivo para el Gobierno en estas semanas a raíz de la salud de la presidenta. Pero no es un corrimiento sustancial: no se altera el orden de los candidatos, quien gana y quien pierde, sino sólo un ajuste de los números", explicó Fabián Perechodnik, director de Poliarquía.

Las cifras no arrojan variaciones sustantivas sobre los resultados de las elecciones primarias del pasado agosto, en la que el kirchnerismo se consolidó como la fuerza más votada del país, con el 28 % de los sufragios, pero perdió en los principales distritos electorales y retrocedió más de 25 puntos sobre el 54 % que logró la presidenta, Cristina Fernández, en los comicios de 2011.

Tras las primarias, el Gobierno adoptó algunas medidas para mejorar su imagen y atender las principales preocupaciones de los electores, como la seguridad o la presión fiscal para las clases medias, pero sus decisiones parecen insuficientes para atraer a los votantes descontentos.

De confirmarse los resultados que vaticinan las encuestas, el domingo 27 de octubre, "los argentinos sellarán el destino del Gobierno de Cristina Kirchner de un modo equilibrado y democrático, sin dejarlo en una situación de extrema debilidad, pero sin permitirle proyectos de perpetuación que obliguen a modificar las reglas constitucionales vigentes", concluye hoy el analista Eduardo Fidanza en el diario La Nación.

En las elecciones legislativas, Argentina renovará la mitad de los 257 escaños de diputados y un tercio de los 72 del Senado.

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