La actitud de Jiménez levantó sospechas en su hermana horas después del crimen

  • Barcelona.- La actitud y el aspecto de Pedro Jiménez en las horas posteriores al crimen de dos mujeres policía, cuando incluso vestía la ropa de una de las víctimas, levantó las sospechas de su propia hermana, según ha explicado ella misma en una declaración que ha acabado incriminándolo en los homicidios.

La actitud de Jiménez levantó sospechas en su hermana horas después del crimen
La actitud de Jiménez levantó sospechas en su hermana horas después del crimen

Barcelona.- La actitud y el aspecto de Pedro Jiménez en las horas posteriores al crimen de dos mujeres policía, cuando incluso vestía la ropa de una de las víctimas, levantó las sospechas de su propia hermana, según ha explicado ella misma en una declaración que ha acabado incriminándolo en los homicidios.

La declaración de Montserrat Jiménez, hermana menor del procesado, es una de las testificales que hoy han acorralado a Pedro Jiménez en la segunda sesión del juicio que se celebra contra él en la Audiencia de Barcelona por el asesinato y violación de las agentes del Cuerpo Nacional de Policía en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) en octubre de 2004, cuando disfrutaba de un permiso penitenciario.

Ante el jurado popular que juzga el doble crimen, la única hermana que sigue manteniendo contacto con Pedro Jiménez no ha ocultado que el procesado despertó sus sospechas cuando estuvo con él en las horas siguientes al doble crimen, aunque se ha mostrado convencida de que el homicidio no lo cometió él sólo.

"Me extrañaron muchas cosas", ha contado la hermana menor del procesado, desde su cansancio o su actitud nerviosa hasta las gafas de sol y la ropa que llevaba, perteneciente a una de las víctimas y que Pedro Jiménez tuvo que ajustarse al cuerpo con un trozo de la misma cuerda con la que supuestamente maniató a las policías a sus propias camas para asesinarlas.

Jiménez explicó a su hermana que había pasado la noche con una chica argentina a la que había conocido en el puerto de Barcelona y que, tras caerse al agua empujado por ella mientras jugaban, no había tenido más remedio que ponerse la ropa que la joven le había dejado prestada.

"Eso es algo que no me cuadraba, porque en el centro de acogida no le dejaban salir de noche", ha afirmado Montserrat Jiménez, que llegó a enviar un mensaje a su otra hermana Mari Carmen para advertirle de que "controlara" al procesado cuando estuviera con él.

Otra de las reacciones que sorprendieron a Montserrat Jiménez es el interés de su hermano en ver las noticias por la televisión, aunque hasta después de su detención ella no acabó de relacionar a Pedro Jiménez con el incendio del piso del barrio Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat donde fueron hallados los cadáveres de las policías.

Fueron tantas las sospechas que Pedro Jiménez llegó a suscitar en su hermana Montserrat que ésta, ha confesado, le abrió a escondidas el macuto que llevaba, en cuyo interior encontró otra bolsa que ya no se atrevió a registrar.

El testimonio de Montserrat Jiménez no ha sido el único que ha incriminado al acusado en el doble crimen, por el que fue condenado en el año 2008 a 83 años de prisión en una sentencia que el Tribunal Supremo (TS) anuló posteriormente por considerar que el caso debió haber sido juzgado por un tribunal popular.

El comportamiento de Jiménez también inquietó al empresario con el que, apenas unas horas después del crimen, mantuvo una entrevista de trabajo en el bar "La Oca" de Barcelona, donde presuntamente aprovechó para abandonar dentro de la cisterna de un retrete las zapatillas que calzaba cuando supuestamente cometió los asesinatos.

Al empresario, que trabaja de voluntario favoreciendo la reinserción social de presos, le preocupó la historia que le contó Jiménez acerca de que había pasado la noche con una joven argentina, teniendo en cuenta sus antecedentes por violación.

Además, Mustapha K., el confidente de la Guardia Civil que refugió en su casa de Girona a Pedro Jiménez y acabó delatándolo, ha explicado al tribunal que el procesado estaba "asustado" y se mostró especialmente nervioso mientras seguía por televisión las noticias del doble asesinato.

Por su parte, la declaración de la hermana y el novio de Aurora R.G, una de las policías asesinadas justamente el día de su cumpleaños, ha contribuido a desmontar la coartada esgrimida por Pedro Jiménez al mantener, con rotundidad, que las agentes en prácticas eran desconfiadas, nunca habrían dejado entrar en su casa a un desconocido y no tenían relación alguna con las drogas.

Su testimonio, seguido por el resto de familiares con emoción y lágrimas contenidas, ha estremecido a la sala y ha llevado a pronunciarse al magistrado presidente: "comprendo que es una declaración especialmente dolorosa y doblemente hiriente".

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