La alcaldía de Jerusalén a una puja entre dos candidatos derechistas

  • Israel celebra mañana elecciones municipales con la alcaldía de Jerusalén, que se disputan dos candidatos derechistas, en el centro de la atención internacional por sus repercusiones en cualquier futuro acuerdo de paz.

Daniela Brik

Jerusalén, 21 oct.- Israel celebra mañana elecciones municipales con la alcaldía de Jerusalén, que se disputan dos candidatos derechistas, en el centro de la atención internacional por sus repercusiones en cualquier futuro acuerdo de paz.

La ciudad tres veces santa aglutina los principales santuarios de las tres religiones monoteístas, y su parte oriental, ocupada por Israel en 1967, es uno de los asuntos más explosivos en las siempre tensas relaciones palestino-israelíes.

"No funcionaría nunca, mejor que no haya acuerdo a que haya un acuerdo malo", dijo hace unos días el actual alcalde, Nir Barkat, al oponerse a una posible partición de la ciudad entre israelíes y palestinos, que negocian de nuevo desde julio una posible salida al conflicto.

Líder de una formación independiente, Barkat llegó a la alcaldía hace cinco años como alternativa secular al predominio de los ultraortodoxos, y desde entonces ha relanzado la vida cultural y las inversiones en la que es la ciudad más pobre de Israel.

En las elecciones de mañana, este empresario de la alta tecnología que dona su sueldo por "tener ya suficiente para vivir cómodamente", aspira pues a su segundo mandato.

Su único rival para el cargo de alcalde -hay una segunda papeleta para los concejales- es Moshé León, ex asesor del primer ministro Benjamín Netanyahu y que se presenta con el respaldo de los partidos nacionalistas Likud e Israel Beitenu y el de los ultraortodoxos del Shas.

"Haremos todo lo sea posible para que Jerusalén permanezca unificada", profirió León durante su campaña para asegurarse el apoyo de la derecha, mayoritaria en una ciudad en la que conviven más de medio millón de judíos y unos 300.000 palestinos.

Las últimas encuestas publicadas el viernes dan la ventaja a Barkat con un 50% en la intención de voto, mientras que León, que obtuvo el 30%, depende de lo que hagan los indecisos (20%), pertenecientes en su mayoría a la importante comunidad ultraortodoxa.

De acuerdo a la Comisión Electoral más de 570.000 jerosolimitanos de los cerca de 885.000 habitantes de la ciudad están llamados a las urnas para depositar su voto en más de 800 urnas, 121 de las cuales están en el este, zona reclamada por los palestinos como capital de un futuro estado independiente.

La población árabe, con derecho a voto en las municipales -no así en las generales porque en su mayoría no tienen la nacionalidad israelí-, suele seguir las directrices de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y, por tanto, históricamente no acuden a las urnas.

"Participar en estas elecciones será considerado una normalización de la autoridad de la ocupación israelí, lo que significa legitimar la anexión de Jerusalén", reza un reciente comunicado de esa organización.

De no hacerlo, su voto sería decisivo para cualquier candidatura, dado su peso en la demografía local: un 37 por ciento.

Pese a que en general los alcaldes no tienen atribuciones como para influir en política nacional -suelen ser candidatos independientes-, el de Jerusalén se sale sin duda de esta regla.

Sus decisiones de construir en zonas ocupadas son cruciales para el proceso de paz y las relaciones de Israel con EEUU, así como lo son las resoluciones que puedan afectar a los lugares santos.

También influye en los servicios que recibe la población árabe, inferiores a los de la mayoría judía y razón por la que Fuad Saliman, un palestino de 52 años que ha desoído la demanda de la OLP, cree que su comunidad sí debería votar.

Técnico de medicina nuclear, se presenta a concejal por la lista conjunta de centro-izquierda de los partidos Meretz y Laborismo, y trata de convencer a cerca de 180.000 palestinos con derecho a voto de que sus intereses se verán mejor representados si toman parte en el juego político y votan, al menos, para el Concejo Municipal.

Primer palestino que aspira a concejal, Saliman, ahora residente en Jerusalén oeste, ansía el día en que la parte oriental se convierta en la capital de un estado palestino independiente, pero mientras tanto cree que los palestinos deben exigir los mismos derechos que sus vecinos del oeste, algo que sólo es posible con representación en la alcaldía.

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