La Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a 36 años de prisión a un hombre "sin valorar las pruebas de ADN"

  • La defensa de Ricardo Cazorla Collado, sentenciado por tres violaciones y absuelto por el Tribunal Supremo, sostiene que el tribunal provincial no "evaluó convenientemente los análisis científicos que aportamos en el juicio".
Absuelven a un hombre acusado de violación en Las Palmas
Absuelven a un hombre acusado de violación en Las Palmas
Juan F. Cía

Ricardo Cazorla Collado fue señalado como un violador un día cualquiera de 2007. Una joven agredida sexualmente por un individuo diez años antes le reconoció por la calle como su supuesto atacante. Un gesto que ha llevado a este hombre a vivir un infierno, con una condena de 36 años de prisión por la violación a tres menores. Una sentencia del Tribunal Supremo acaba de dictaminar que es inocente.

Lo sorprendente del caso es que las pruebas de ADN que han exculpado a Cazorla ya estaban encima de la mesa, según su defensa, y "no fueron valoradas" por la Audiencia Provincial de Las Palmas. En concreto, el tribunal provincial pasó por alto un análisis genético que descartaba la implicación del condenado con las violaciones de las que se le acusaba. La Audiencia lo sentenció a más de tres décadas de celda y barrotes sin "valorar convenientemente las pruebas científicas que aportamos en el juicio", asegura Sergio Armario, abogado de Cazorla.

Tras la decisión de la Audiencia, la defensa presentó un recurso ante el Supremo, que finalmente ha despertado a Cazorla de este mal sueño. La Sala de lo Penal del Alto Tribunal acordó por unanimidad su absolución al considerar que los análisis científicos certificaban su inocencia. Los magistrados establecen que no puede ser autor de las tres violaciones.

Cazorla, adicto a la heroína, fue condenado por tres supuestas agresiones sexuales cometidas entre el 13 y 17 de noviembre de 1997. Al margen de las pruebas de ADN, la Sección Primera del tribunal provincial declaró probado que el condenado forzó a las jóvenes, con una navaja en la sien, a que les realizara una felación. Según la resolución de la Audiencia, Cazorla agredió a todas ellas en urbanizaciones del barrio de Tafira. La primera víctima fue una adolescente de 15 años y la segunda y la tercera agredidas tenían una edad de 17. En el juicio, Cazorla fue identificado una vez más por las tres mujeres como su supuesto agresor.

El perfil genético, clave

Tras el reconocimiento por una de las tres jóvenes agredidas, Cazorla fue detenido en 2007. El Juzgado de Instrucción número 4 de Las Palmas disponía por fin de la pieza que le faltaba para ensamblar el puzzle. El detenido se sometió entonces a una prueba de ADN que pudiera ser comparada con la realizada diez años antes a una gota de semen encontrada en un jersey de una de las víctimas.

En 1997, los análisis de ADN sólo contaban con 4 marcadores, mientras que los que se realizan en la actualidad ya disponen de hasta 16. La comparación de ambas pruebas, la realizadas al rastro de semen y al detenido, no probó la implicación de Cazorla en las agresiones. Por esa razón, el forense solicitó a la policía científica la elaboración de dos perfiles genéticos. Los resultados no fueron coincidentes: el ADN del agresor, extraído del esperma, no coincidía con el de Cazorla.

"La Audiencia, el fiscal y la acusación particular no analizaron con detenimiento las pruebas", sostienen Armario. De hecho, "las conclusiones del Ministerio Fiscal y de la acusación particular en el proceso en el tribunal provincial no aludían al perfil genético", insiste el letrado defensor. "La sentencia nos sorprendió bastante", remata el letrado.

Una vez probada su inocencia en uno de los casos de agresión, la defensa cree que el Supremo ha descartado su implicación en los otros dos a partir de los informes policiales. Según los agentes que llevaron a cabo la investigación, el 'modus operandi' del agresor vinculaba las tres violaciones. Si Cazorla no fue el atacante en uno de los casos, tampoco pudo serlo en los otros dos asaltos.

Otros elementos que lo exculpan

El perfil genético no fue el único argumento utilizado por la defensa para sostener la inocencia del acusado. La sentencia de la Audiencia se basó fundamentalmente en las declaraciones e identificaciones de las tres agredidas durante el proceso de instrucción y el juicio. "Dieron mucho más peso a la declaraciones y el reconocimiento durante el juicio que a las pruebas científicas", sostiene Armario. Para el tribunal, "fue muy importante que sus testimonios se mantuvieran invariables con el paso del tiempo", remata el abogado defensor.

Sin embargo, Armario afirma que el reconocimiento de las mujeres no era una prueba fiable de la implicación de Cazorla. "Después de tanto tiempo, de alguna forma son declaraciones viciadas", asegura. Además, la defensa sostiene que las mujeres reconocieron en algún momento del proceso que nunca vieron la cara de su agresor, "bien porque no le miraron o bien porque iba con un pasamontañas", remata Armario.  

El otro elemento usado por el letrado ante el Supremo es la adicción a la heroína de Cazorla desde los 14 años. Según su letrado defensor, este hombre "tomaba unos 240 miligramos de metadona en 1997, lo que según los médicos hace incompatible la erección y la práctica del sexo", concluye Armario.

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