"Si un país hace un esfuerzo extraordinario, debe de haber una interpretación conforme a este esfuerzo extraordinario", dijo Juncker, presidente de la institución que vela por el buen respeto por los Estados miembros de los tratados europeos.
Desde que se agudizó la crisis de los migrantes en la UE, un puñado de países reclama una mayor flexibilidad de parte de la Comisión, en particular en lo relativo al Pacto de Estabilidad y Crecimiento que establece un déficit máximo de cada país en un 3% del PIB.
La Comisión vela por su buen cumplimiento y emite recomendaciones a los Estados miembros para corregir los desequilibrios, so pena de reprimendas.
El pequeño grupo de países que se encuentran en la primera línea frente a la crisis de los migrantes, liderados por Italia, piden que no se impute el costo de la crisis en la contabilidad del déficit.
Italia, uno de los países más expuestos, estima que el costo de la crisis para las arcas públicas en su presupuesto de 2016 ascenderá a 4.000 millones de euros, un 0,2% del PIB.
Austria estima por su parte que será de 1.000 millones de euros, un 0,3% de su PIB.
"Nos enfrentamos a un problema de gravedad extrema", dijo Juncker a los eurodiputados, señalando que se debería permitir a los países "una dosis de flexibilidad a las reglas".
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