La CPI advierte a la RDC de consecuencias si se cometen nuevos crímenes

Bruselas, 30 oct.- La fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), la gambiana Fatou Bensouda, advirtió hoy a las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (RDC) y al grupo rebelde M23 de las consecuencias que puede haber si cometen más crímenes, tras reanudarse los combates en el este del país.

"Quisiera recordar a todos aquellos implicados (en el enfrentamiento armado) que estoy siguiendo los acontecimientos sobre el terreno con la mayor atención", señaló Bensouda en un comunicado, en el que recalcó que las víctimas son y siempre serán "su principal prioridad".

Las Fuerzas Armadas de la RDC y el grupo rebelde M23 reanudaron la semana pasada los combates, solo cuatro días después de que las negociaciones de paz se interrumpieran una vez mas.

"Lamentablemente, la incesante violencia que está causando estragos en la región refleja el terrible coste de la impunidad", señaló la fiscal de la CPI, porque "una vez más es la población civil en las provincias de los Kivus (del Norte y del Sur) la que está pagando el precio por otros en la región que recurren a las armas en lugar de al diálogo", señaló la fiscal.

"Todos aquellos implicados en la lucha en el este de la RDC tienen que abstenerse de cometer crímenes", afirmó Bensouda, al tiempo que recalcó que se debe "hacer justicia para permitir a la República Democrática del Congo salir de esta espiral de violencia".

En este sentido, aseguró que "no dudará" en ampliar sus investigaciones sobre el conflicto para incluir nuevas alegaciones de crímenes y, si fuera necesario, perseguir a los responsables.

"No puede haber amnistía, ni tampoco inmunidad e impunidad por estos crímenes", agregó Bensouda.

Los combates entre el M23 -formado por soldados congoleños amotinados- y las fuerzas de la RDC se reanudaron el pasado junio en Kivu del Norte, cuando los rebeldes amenazaron con volver a ocupar Goma, como hicieron en noviembre de 2012.

Los insurgentes se retiraron el año pasado de Goma, tras la presión de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (ICGLR) y el compromiso del Gobierno de Kinshasa de negociar con ellos.

Las partes habían reanudado las negociaciones el pasado septiembre en la capital ugandesa, tras más de cuatro meses en punto muerto.

La RDC está inmersa en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra civil del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegados en su territorio a unos 19.000 efectivos de la ONU.