Madrid, 11 jul.- La Fundación Secretariado Gitano ha alertado hoy del "severo" efecto que la crisis está teniendo en la comunidad gitana, que está condenando a la exclusión social a muchas familias que habían logrado salir de la pobreza.
Así se recoge en el informe "El impacto de la crisis en la comunidad gitana", que destaca que los recortes están afectando muy directamente a una parte importante de este colectivo, reduciendo sus niveles de renta y su calidad de vida y aumentando la tasa de pobreza de muchas familias que tenían ya previamente una situación precaria.
La Fundación ha recordado en un comunicado que dos tercios de la población gitana vive por debajo del umbral de la pobreza y más de un tercio está en situación de exclusión severa. Antes de la crisis, un 12% de las personas en riesgo de exclusión en España eran gitanas.
El informe alerta de que la crisis "amenaza con dar al traste con tres décadas de avance en igualdad de oportunidades y apuntan a una regresión en empleo, educación, salud o vivienda".
En trabajo pone de relieve que en los últimos años en los centros de trabajo de la FSG -presente en 77 localidades de 14 comunidades autónomas- se ha producido un aumento de la demanda de ayudas de primera necesidad por parte de las familias.
"Algunas, incluso, habían logrado alcanzar niveles de inclusión normalizados y ahora se encuentran inmersas de nuevo en la exclusión".
En general, se ha agravado la situación en todos los ámbitos: pérdida de trabajo -la tasa de paro ronda el 42%-, disminución de rentas, dificultades para afrontar el pago del alquiler o la hipoteca, o problemas para pagar suministros como agua o luz que están obligando a muchas familias a decidir entre afrontar estos pagos o cubrir necesidades básicas de alimentación e higiene.
Muchas familias han perdido su vivienda en estos años tras procesos de desahucios, y la consecuencia más directa de todo ello es un aumento de infraviviendas, hacinamiento y chabolismo.
El informe señala que la crisis y las medidas de austeridad están teniendo una incidencia directa en la educación de niñas y niños gitanos, ya que la masificación en las aulas y la reducción de clases de apoyo hace que el alumnado con más dificultades no pueda seguir el nivel del curso.
La peor situación, según el informe, la soportan los gitanos procedentes de países como Rumania o Bulgaria, que no tienen el colchón de la familia.
Así, se han registrado casos de familias que malviven en condiciones extremas en campamentos infrahumanos (por ejemplo en Galicia, Asturias o Cataluña); otras que vivían de la chatarra han tenido que abandonar esa actividad, han perdido su fuente de ingresos y no tienen derecho a prestación social, por lo que subsisten de la mendicidad o de recoger alimentos en la basura.
Asimismo, está disminuyendo la escolarización de los niños gitanos de estos países debido a las dificultades para obtener tarjeta sanitaria, ya que sin ella no se puede lograr el informe de salud escolar y los menores no pueden matricularse.
La FSG pide que las medidas de choque que se están diseñando, como el Plan Contra la Pobreza Infantil, tengan en cuenta a los más vulnerables, específicamente a la comunidad gitana.
Además, exige una especial atención a la educación de los menores, manteniendo e incluso reforzando las medidas de apoyo educativo y dotar de contenidos y financiación a la Estrategia Nacional para la Inclusión de la Población Gitana.
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