
La separación entre las diferentes facciones de la CUP han aumentado en los días previos a la asamblea. Se asume que tras la votación habrá bajas en la formación ante los resultados.
El pasado viernes, un centener de alcaldes y concejales declararon que una falta de acuerdo supondría la vuelta al marco autonómico y "la imposibilidad de construir una república catalana". Por ello, reclamaron "generosidad, flexibilidad y empatía" a militantes de la CUP para lograr un acuerdo con Junts pel Sí.
Asimismo, pidieron a los miembros de la CUP "ser dignos de la esparanza del pueblo catalán" y les recordó que que "el futuro del país está en buena parte en sus manos".
Por su lado, los sectores más radicales de la formación respondieron dicha petición asegurando que ceder a las presiones de Junts pel Sí para evitar unas nuevas elecciones y evitar el desmembramiento del movimiento independentista catalán es una "falacia". Alternativa d'Esquerres, Corrent Roig y Lluita Internacionalista consideran la investidura de Mas supondría la pérdida del espíritu "rupturista y anticapitalista" de la CUP.
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