La cúpula del Jemer Rojo rinde cuentas por el genocidio camboyano

  • El juicio contra los últimos jefes vivos del Jemer Rojo entra mañana en su fase principal con la lectura de las acusaciones y la presentación de pruebas y testigos de los crímenes que cometieron cuando gobernaron Camboya, de 1975 a 1979.

Phnom Penh, 20 nov.- El juicio contra los últimos jefes vivos del Jemer Rojo entra mañana en su fase principal con la lectura de las acusaciones y la presentación de pruebas y testigos de los crímenes que cometieron cuando gobernaron Camboya, de 1975 a 1979.

Unos 1,7 millones de camboyanos, o uno de cada cinco habitantes, perdió la vida bajo el régimen de terror que establecieron Pol Pot y sus correligionarios en Camboya entre 1975 y 1979.

Se sentarán en el banquillo de los acusados el jefe de Estado de aquél sistema, Khieu Samphan; el ideólogo y número dos del Jemer Rojo, Nuon Chea; el ministro de Asuntos Exteriores, Ieng Sary; y su esposa y ministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith.

La continuidad en el juicio de Ieng Thirith, la más joven de los imputados con 79 años, dependerá del recurso presentado esta semana por la acusación contra la orden de su puesta en libertad, después de que el tribunal internacional dictase que está incapacita para ser juzgada por el alzheimer que padece.

La salud de los demás imputados les permite seguir el juicio, aunque Ieng Sary ha sido hospitalizado por problemas cardíacos y renales varias veces desde su detención, en 2007.

La vista del lunes comenzará con la lectura de los cargos de genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra, asesinato, tortura y persecución por razones religiosas y de raza contra la minoría musulmana cham, la población vietnamita y el monacato.

El auto de los jueces de instrucción establece que los crímenes ocurrieron en un contexto de "ataque contra el conjunto de la población", aunque los acusados se defienden con que desconocían lo que ocurría sobre el terreno.

Las vistas continuaran con la fiscalía y la defensa exponiendo sus posiciones en unas declaraciones iniciales que se prolongarán hasta el jueves y el lunes 28 empezará la presentación de pruebas.

Esta fase abordará únicamente los cargos relacionados con los crímenes contra la humanidad y el desplazamiento forzado de la población, después de que el tribunal auspiciado por Naciones Unidas aprobara en septiembre segmentar el proceso ante la complejidad del llamado Caso 2.

El Caso 1 correspondió al juicio de Kaing Guek Eav, alias Duch, quien dirigió el centro de detención y torturas S-21, en el que unas 16.000 personas murieron en la misma cárcel o en los campos de exterminio de Choeung Ek, a las afueras de Phnom Penh.

Duch fue condenado a 35 años de prisión en julio de 2010 y el procedimiento se encuentran pendiente de una apelación.

El juicio del Caso 2 empezó formalmente en junio con la discusión de varios aspectos legales y técnicos pendientes de resolución judicial.

Uno de ellos fue el estado de salud de Ieng Thirith; otro es el planteada por la defensa de Ieng Sary y que sostiene que su cliente no puede ser juzgado por unos delitos por los que recibió el perdón real en 1996.

Ieng Sary se rindió en 1996 y desmovilizó sus tropas a cambio de una amnistía. Su deserción significó el principio del final del Jemer Rojo.

Los letrados de Nuon Chea también han intentado liberar a su cliente con argumentos médicos, pero el tribunal internacional dictó esta semana que su estado de salud le permite participar en las vistas.

El juicio entra en su fase principal con un tribunal internacional sumido en una crisis por las divisiones internas acerca de la conveniencia de iniciar más procesos.

La controversia alcanzó el punto culminante en octubre cuando el alemán Sigfried Blunk dimitió como juez de instrucción tras denunciar los obstáculos que el Gobierno de Camboya ponía a la apertura de nuevos casos contra otros cinco jefes militares del Jemer Rojo.

El primer ministro camboyano, Hun Sen, ha dicho en innumerables ocasiones desde que se constituyó el tribunal internacional, en 2006, que no iba a permitir más juicios que los cinco aprobados en un principio.

Hun Sen, antiguo jemer rojo durante un tiempo, como varios miembros de su Ejecutivo y mucha otra gente que vivió en aquellos terribles años, opina que la continuidad de los procesos solo contribuirá a reabrir aún más las heridas de la guerra civil.

El jefe del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en la selva camboyana en 1998, prisionero de sus propios correligionarios.

Mostrar comentarios