La defensora del pueblo reitera su compromiso con la libertad de religión, frente a los gobiernos que “callan o toleran”


La defensora del Pueblo, Soledad Becerril, reiteró este viernes su “compromiso con la libertad de pensamiento, conciencia y religión”, en la inauguración del I Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa. También llamó a no permanecer impasibles ante los organismos y gobiernos que "callan y toleran" ante la violación de esos derechos.
El congreso, organizado por las plataformas civiles MasLibres.org y CitizenGO, ha reunido en Madrid a cristianos perseguidos provenientes de Siria, Irak, Pakistán, Egipto, Reino Unido y Nigeria. Entre ellos, a familiares de Asia Bibi, cristiana paquistaní sentenciada a pena de muerte en su país por blasfemia.
“Creo que tendríamos que llevar nuestras repulsas ante todos los organismos internacionales y ante los gobiernos que callan o toleran. También ante las comunidades musulmanas y de otras creencias que son respetuosas, para que fueran muchas y múltiples las voces que se escucharan”, dijo la defensora.
Becerril resaltó que los defensores del Pueblo “pueden jugar un papel importante en las denuncias y en la protección de quienes ejercen su libertad de creencias y prácticas religiosas” y confirmó que la institución a la que representa se ha dirigido a organismos internacionales en relación al caso de Asia Bibi.
“Tenemos que evitar que se cometa un crimen premeditado contra ella”, enfatizó, que recientemente aprovechó la reunión anual de un Comité de la ONU de Derechos Humanos de Naciones Unidas para promover una petición de indulto para cristiana paquistaní.
Asimismo, Becerril insistió en que la institución trabaja “para garantizar que el respeto por las libertades de conciencia y religión sean reales” y recordó las últimas intervenciones para proteger a los ciudadanos frente a la discriminación por sus creencias religiosas.
Entre ellas mencionó el caso de una estudiante musulmana a la que no se le permitía realizar con velo las prácticas en una farmacia, y la actuación para que una menor, de confesión judía, no tuviera que realizar actividades lectivas o concurrir a exámenes en sábado o en alguna de las fiestas de guardar del calendario judío.

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