La derecha francesa renueva su estrategia para segunda vuelta de legislativas

  • La derecha y la extrema derecha francesas ultimaron hoy su estrategia para retomar posiciones de cara a la segunda ronda de las elecciones legislativas, en las que pese a no dar una consigna clara de voto alertaron contra el peligro de poner "todos los huevos" en el cesto de la izquierda.

París, 11 jun.- La derecha y la extrema derecha francesas ultimaron hoy su estrategia para retomar posiciones de cara a la segunda ronda de las elecciones legislativas, en las que pese a no dar una consigna clara de voto alertaron contra el peligro de poner "todos los huevos" en el cesto de la izquierda.

De esa imagen se sirvió el secretario general de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, para advertir a los ciudadanos de que "la gravedad de la situación actual" no hace recomendable la hegemonía del Partido Socialista en la Asamblea Nacional.

"Nos dirigimos a los franceses para decirles: Atención, no pongamos todos los huevos en el mismo cesto", indicó en conferencia de prensa tras una reunión de las instancias directivas de su partido.

Copé, que dijo que su agrupación tiene la vocación de actuar con ánimo "constructivo", aseguró además haber escuchado el mensaje del 13,7 por ciento de la gente que votó al ultraderechista Frente Nacional (FN), pero advirtió que respaldarle en la segunda vuelta supondría beneficiar a la izquierda.

Tras la celebración ayer de la primera ronda de esos comicios, el PS es quien aborda la segunda este domingo en posición de fuerza, tras imponerse junto con el resto de partidos de izquierdas con un 46,77 por ciento de los votos, frente al 34,07 % de la derecha.

"En caso de duelo entre el FN y un candidato de izquierda, nuestra postura es perfectamente clara: No es cuestión de votar al FN, pero tampoco a un candidato socialista que ha optado por aliarse con la extrema izquierda", dijo el representante de la UMP, en lo que se conoce como actitud "ni-ni".

La líder del FN, Marine Le Pen, que compareció en la sede de su partido a las afueras de París, se congratuló primero de tener la posibilidad de entrar en la Asamblea Nacional, pero animó a sus seguidores a no relajarse para hacer posible ese "avance democrático".

No emitió ninguna consigna general de voto recalcando que sus partidarios son "ciudadanos de pleno derecho, libres, responsables y por lo tanto perfectamente aptos para decidir su elección", pero sí aplicó sus dardos contra varios candidatos socialistas y de la UMP.

En aquellas circunscripciones en las que el FN no esté representado, Le Pen invitó a sus electores a "no acordar su confianza a quienes tienen un candidato contrario a la moral pública o antidemocrático", y a batir en concreto a los socialistas François Pupponi y Jack Lang.

Y en esa lucha por "moralizar la vida pública" y acabar con quienes a su juicio actuaron con "desprecio, odio" o una actitud antidemocrática respecto a quienes apoyan a la agrupación ultraderechista, pidió igualmente la caída de los conservadores Nathalie Kosciusko-Morizet, Xavier Bertrand, Georges Tron y Manuel Aeschlimann.

Pero la ultraderechista mostró ante todo optimismo respecto a su propio partido: "En las circunscripciones en las que estamos presentes nos mantendremos en la segunda ronda. Tenemos la capacidad de lograr electos. Es una certeza y estoy convencida -subrayó- de que los electores se van a movilizar ante estas perspectivas de victoria".

El PS, por otra parte, protagonizó una de las polémicas del día por las dificultades que la excandidata presidencial Ségolène Royal está encontrando para conseguir escaño en la Asamblea Nacional, ante el reto presentado en su prefectura por el disidente socialista Olivier Falorni.

Esta y otras dudas se despejarán dentro de seis días, fecha en la que también se está expectante ante el nivel de participación, que en la primera ronda registró una abstención del 42,77 %, por encima del 39,6 % de la primera ronda de las elecciones precedentes, en 2007.

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