La dimisión de tres ministros tutsis en Burundi abre una crisis de Gobierno

  • La dimisión de los tres ministros del principal partido tutsi en el Gobierno de Burundi, la Unión por el Progreso Nacional (UPRONA), abocó hoy al país africano a una crisis política.

Nairobi, 5 feb.- La dimisión de los tres ministros del principal partido tutsi en el Gobierno de Burundi, la Unión por el Progreso Nacional (UPRONA), abocó hoy al país africano a una crisis política.

Según informó el diario local "Iwacu", los ministros de Desarrollo, Jean-Claude Ndihokubwayo; y de Comunicaciones, Leocadie Nihaza, presentaron ayer su dimisión, mientras que hoy renunció la titular de Comercio, Victoire Ndikumana.

Las dimisiones representan un golpe para el Gobierno de poder compartido entre las etnias tutsi (minoritaria) y hutu (mayoritaria), aún en proceso de reconciliación tras décadas de conflicto.

De la comunidad hutu proviene el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, antiguo líder rebelde del gubernamental Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia-Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD).

"Esto es para mostrar que no estamos de acuerdo con una cooperación sin respeto mutuo" en el Gobierno, indicó Ndihokubwayo para explicar su dimisión.

"Mi renuncia no implica un rechazo del Gobierno o una rebelión contra él, sino la necesidad de una cooperación clara y honesta" entre el Ejecutivo y la UPRONA, precisó el dimisionario, citado por el periódico.

El portavoz adjunto de Nkurunziza, Willy Nyamitwe, señaló que "se van a establecer contactos para retornar a una vida política normal".

La tensión entre el CNDD-FDD y la UPRONA creció la semana pasada, cuando el ministro del Interior, Edouard Nduwimana, intentó forzar la salida de Charles Nditije como presidente del partido tutsi para reemplazarlo por un partidario de la formación gubernamental.

Ese gesto fue interpretado como una intromisión por la UPRONA ante las elecciones presidenciales, parlamentarias y locales de 2015, que serán cruciales para determinar si el país camina por la senda de la democracia o del autoritarismo.

El vicepresidente burundés, Bernard Busokoza, tutsi y miembro de UPRONA, fue destituido el pasado sábado por el presidente por intentar desautorizar al ministro del Interior.

Desde entonces, Busokoza y Nditije se encuentran en paradero desconocido por temor a ser detenidos.

La Constitución de Burundi estipula que la composición del Gobierno y la Asamblea Nacional debe ser hutu en un sesenta por ciento y tutsi en un cuarenta por ciento, y ambas instituciones han de incluir un treinta por ciento de mujeres.

Nkurunziza lleva en el poder desde 2005, cuando su partido ganó las elecciones y fue elegido por el Parlamento.

Tras su independencia de Bélgica en 1962, la historia del país ha estado sacudida por la violencia étnica, incluidos dos sucesos calificados como genocidios: la masacre de hutus por el Ejército dominado por tutsis en 1972, y el asesinato masivo de tutsis por hutus en 1993.

Ambas etnias protagonizaron el genocidio de 1994 en la vecina Ruanda, donde unas 800.000 personas -según cifras de la ONU- fueron asesinadas, la mayoría de la etnia tutsi, aunque también muchos hutus políticamente moderados.

Mostrar comentarios