La feria de abril retoma la vulgaridad después del oasis de Manzanares

  • La corrida de Garcigrande adoleció de la presentación debida a un escenario como la Maestranza de Sevilla en la feria de abril aunque El Fundi, que recibió el cariño del público, no llegó a entender el lote con mayores posibilidades.

Alvaro R. del Moral

Sevilla, 21 abr.- La corrida de Garcigrande adoleció de la presentación debida a un escenario como la Maestranza de Sevilla en la feria de abril aunque El Fundi, que recibió el cariño del público, no llegó a entender el lote con mayores posibilidades.

Se lidiaron seis toros de Garcigrande y Domingo Hernández, anovillados y faltos de remate en líneas generales. Primero y cuarto conformaron un lote con grandes posibilidades de lucimiento. Segundo y quinto, otro imposible para triunfar. Y tercero y sexto, tuvieron buen fondo pero fueron a menos.

José Pedro Prados 'El Fundi', de aguamarina y oro. Estocada trasera, caída y tendida (Ovación). Pinchazo y estocada (Vuelta al ruedo tras petición insuficiente).

Morante de la Puebla, de vainilla y azabache. Media habilidosa (silencio). Sablazo atravesado y descabello (silencio).

Sebastián Castella, de negro y oro. Estocada caída (Silencio). Sablazo defectuoso y dos descabellos (Silencio).

La plaza registró un lleno aparente en tarde primaveral y calurosa. Destacaron los banderilleros José Chacón en el manejo del capote y Javier Ambel con las banderillas.

TOROS ANOVILLADOS Y ABURRIMIENTO GENERAL

Se veía venir la premeditada demostración de afecto que brindó la plaza de la Maestranza, nada más romperse el paseíllo, a un torero veterano que ya ha dicho que la de 2012 será su última temporada en activo. El Fundi tuvo que recoger montera en mano la ovación que le tributaron los tendidos sin amagar con compartirla con sus compañeros de terna.

Para escenificar esta despedida del ruedo sevillano, la suerte puso en sus manos el lote de mayores posibilidades del recortado y muchas veces impresentable envío de Garcigrande aunque, entre unas cosas y otras y a pesar de contar con el fervor incondicional del público que aplaudió lo bueno, lo regular y lo malo que realizó el diestro de Fuenlabrada, no fue capaz de entenderse por completo con su lote.

La verdad es que no lo vio nada claro con el primero de la tarde, un animal blandito al que rehusó banderillear sin que nadie pestañeara a pesar de que se movía con bondad y cierta clase.

Con la muleta en la mano no pasó de desconfiado, colocándose siempre muy por las afueras, echando la marcha atrás en cada uno de los embroques a pesar de la calidad que mostraba ese ejemplar, que se rebosaba en los engaños y dejaba estar al torero que, esa es la verdad, no se cruzó con él ni una sola vez a pesar de contar con todas las complacencias de la parroquia. EFE

1010196

Mostrar comentarios