La Fiscalía archiva cien denuncias por bebés robados en Sevilla

  • La Fiscalía ha archivado un centenar de denuncias por bebés robados en Sevilla y solo mantiene ocho casos abiertos después de tres años de investigación en los que ha entrevistado, entre otros especialistas, a médicos que ejercieron en los años 60.

Amanda González de Aledo

Sevilla, 24 may.- La Fiscalía ha archivado un centenar de denuncias por bebés robados en Sevilla y solo mantiene ocho casos abiertos después de tres años de investigación en los que ha entrevistado, entre otros especialistas, a médicos que ejercieron en los años 60.

La investigación también ha incluido rastreos en el Registro de Autopsias, Libros de Bautismo, el Archivo Histórico de la Universidad o el Legajo de Abortos del Registro Civil.

Desde que en enero de 2011 se presentó la primera denuncia, un fiscal especial y la Brigada de Homicidios han investigado el posible destino de cada bebé denunciado, han buscado su parte de defunción y posible autopsia, han indagado si el cadáver se pudo destinar a investigación y han llegado a identificar la fosa común donde fue inhumado, sin que en ningún caso hayan aparecido pruebas de que sobreviviesen y fuesen entregados a otros padres.

Una vez concluida "razonablemente" la "exhaustiva investigación", y a salvo de que puedan aparecer indicios hasta ahora inexistentes, no hay pruebas que apoyen el robo de esos bebés, un delito que habría necesitado "la intervención simultánea y concertada de varias personas", han dicho a Efe fuentes de la investigación.

Una dificultad añadida en Sevilla es que la mayoría de denuncias se refieren a bebés nacidos en el Hospital de las Cinco Llagas, actual sede del Parlamento de Andalucía, que se cerró en 1971 y cuyos archivos fueron repartidos entre otros hospitales y la Diputación provincial, de quien dependía.

El personal actual ignora el protocolo de atención sanitaria en aquellos años, pero la Policía ha identificado a la totalidad de médicos que figuran en la documentación recopilada y ha tomado declaración a cinco ginecólogos, ocho pediatras y un cirujano que trabajaron en las Cinco Llagas y que, dado el tiempo transcurrido, no recuerdan los casos.

Entre otros datos de interés, se ha averiguado que las pulseras identificativas en los recién nacidos empezaron a usarse cuando el catedrático José María Bedoya fue responsable de la maternidad de las Cinco Llagas en los años 60.

La investigación se ha extendido a determinar el protocolo de actuación ante seres humanos que no llegaban a vivir 24 horas fuera del claustro materno, su traslado por las funerarias y su lugar de enterramiento, ya que en su mayor parte terminaban en fosas comunes, lo que hace "totalmente inviable la individualización de los restos".

En los pocos casos de tumbas individuales, resultaría muy difícil extraer ADN porque los huesos no estarían calcificados y habría "mínimas posibilidades de encontrar células intactas", según los investigadores.

La Policía ha estudiado las seis funerarias existentes en Sevilla entre los años 60 y 80, ahora desaparecidas o compradas por otra empresa, y ha entrevistado a sus empleados más antiguos, pero ninguna conserva documentación anterior a 2002 o 2003, ya que ha sido destruida con el paso del tiempo.

En esa búsqueda, en cambio, ha encontrado un Libro de Bautismos que llevaba la orden hospitalaria de los Padres Camilos, dedicada al cuidado de enfermos, en el que se anotaban los bebés que eran bautizados de inmediato si se temía su fallecimiento.

También tenían un Libro de Defunciones en el que se registraban solo aquellas en la que la familia había pedido servicio religioso y que todavía conservan y rellenan en el Hospital de San Lázaro, donde continúan su labor.

El fiscal especial, José Escudero Rubio, dice en su último decreto de archivo que "pese al enorme esfuerzo desplegado por los agentes, explorando concienzudamente todas las vías de investigación", ninguna prueba testifical o documental "permite apoyar una incriminación penal contra persona determinada".

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