La incursión militar en Mali le vale a Hollande un premio UNESCO de la paz

  • La decisión de intervenir militarmente en Mali el pasado enero le valió hoy al presidente francés, François Hollande, el premio Félix Houphouët-Boigny de la UNESCO por la búsqueda de la paz, recibido en una ceremonia en la que estuvieron presentes nueve jefes de Estado africanos.

París, 5 jun.- La decisión de intervenir militarmente en Mali el pasado enero le valió hoy al presidente francés, François Hollande, el premio Félix Houphouët-Boigny de la UNESCO por la búsqueda de la paz, recibido en una ceremonia en la que estuvieron presentes nueve jefes de Estado africanos.

"Puede parecer paradójico después de haber portado la responsabilidad de una guerra, pero tenía como único objetivo poner fin a una agresión, la que quería someter a un pueblo a través del terror", dijo Hollande tras recibir esa distinción.

El galardón, atribuido en años anteriores a personalidades como el expresidente sudafricano Nelson Mandela (1991) o el brasileño Lula da Silva (2008), reconoce desde 1989 a quienes "de forma significativa" han contribuido a la promoción, la búsqueda, la salvaguarda o el mantenimiento de la paz.

La ceremonia de entrega tuvo lugar en la sede de la UNESCO en París, donde Hollande recordó que, pese a que Francia respondió positivamente a la petición de ayuda del presidente Dioncounda Traoré, "fueron los propios africanos quienes se liberaron del terrorismo".

Y el uso de la fuerza en esa incursión, según dijo hoy, "estuvo plenamente justificado" y contribuyó en su opinión no solo a frenar el avance hacia Bamako de los islamistas que controlaban el norte del país, sino a "prevenir una operación que quería someter a todo el Sahel".

Pero "todavía queda mucho por hacer", advirtió Hollande en su discurso, subrayando que las elecciones previstas en Mali para el próximo julio deben celebrarse en la fecha prevista, "y en todo el territorio, y por lo tanto también en Kidal".

La "preocupante situación" que, según Hollande, sigue atravesando el Sahel le hizo anunciar su invitación a los jefes de Estado africanos presentes para asistir a finales de año en París a una conferencia que impulse una fuerza de intervención que pueda actuar "allá donde sea necesario".

En una ceremonia interrumpida por constantes aplausos de agradecimiento, Hollande añadió que los 150.000 dólares del premio (unos 114.000 euros) serán donados a la rama maliense de la red "Paz y Seguridad para las Mujeres" de la CEDEAO, y a la asociación francesa "Solidaridad Defensa", que ayuda a soldados heridos.

Entre quienes le acompañaron en el acto estuvieron, además del presidente interino de Mali, Dioncounda Traoré, los de Burkina Faso (Blaise Compaoré), Chad (Idriss Déby Itno), Benin (Thomas Boni Yayi), Mauritania (Mohamed Uld Abdelaziz), Gabón (Ali Bongo Ondimba), Costa de Marfil (Alassane Ouattara) o Níger (Brigi Rafini).

"Hollande merece este premio (...) en nombre de la Francia de los grandes ideales", le dijo Traoré, que quiso dejar claro que "Mali no era más que la puerta por la que iba a entrar el peligro", por lo que "la civilización y la democracia universal" eran quienes estaban amenazadas.

Traoré añadió que "como un gracias quizá no sea suficiente" como respuesta a su "aportación histórica", le ofrecía su palabra de que luchará "para que Mali vuelva al camino del que no debería haberse salido", y se convierta en uno de los países guía "contra el oscurantismo y la regresión".

Este premio coincidió hoy con una ofensiva del Ejército maliense contra el último feudo de los rebeldes tuareg en el norte del país, la ciudad de Kidal, y con la petición de Francia a esos grupos para que depongan las armas y se apresten a la negociación.

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