La liberación de secuestrados coloca al CICR ante misión de gran complejidad

  • El operativo de liberación de diez secuestrados por las FARC que coordinará el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la semana próxima en Colombia coloca a este organismo ante una de sus misiones humanitarias más complejas en el mundo.

Esther Rebollo

Bogotá, 23 mar.- El operativo de liberación de diez secuestrados por las FARC que coordinará el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) la semana próxima en Colombia coloca a este organismo ante una de sus misiones humanitarias más complejas en el mundo.

Así lo expresó en una entrevista con Efe el delegado en Colombia del CICR, el español Jordi Raich, quien, tras 25 años liderando misiones en trágicos conflictos de Asia y África, asumirá en Colombia una tarea de gran responsabilidad: devolver a la libertad a diez policías y militares secuestrados entre 1998 y 1999.

Ese largo cautiverio ha otorgado a estos colombianos el récord de ser las personas que más tiempo llevan secuestradas en el mundo, algunos de ellos con 14 años aislados en las selvas de Colombia.

"Colombia está entre las diez mayores operaciones" del CICR y es uno de los lugares del planeta donde lleva a cabo las misiones "más complejas", ocupando el primer puesto en América Latina, matizó Raich.

Eso "refleja el nivel de violencia" y "un desgraciado reflejo de la realidad", indicó, al comparar la labor en Colombia con lugares como Congo o Afganistán.

Y prueba de ello es que el CICR tiene en Colombia más de 60 funcionarios expatriados, 13 oficinas y 300 trabajadores colombianos.

Para su próxima misión, trabaja con los Gobiernos de Colombia y de Brasil, ya que éste último prestará los helicópteros y las tripulaciones que recogerán a los cautivos; así como con el grupo Colombianos y Colombianas por la Paz (CPP), mediador con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Según Raich, lo positivo frente a realidades en otros lugares es que en Colombia todas las partes confían en el CICR; lo que facilita la labor humanitaria.

"Tenemos buenas relaciones con el Gobierno y con las otras partes en conflicto y, en general, se acepta nuestro rol, lo que nos permite trabajar y a fin de cuentas poder llegar a las víctimas", manifestó.

El coordinador del CICR, un catalán que asumió su cargo en Colombia en septiembre de 2011, explicó así la filosofía del organismo, con sede en Ginebra: "trabajar en medio de dos partes que están en conflicto o por las razones que sea no tienen contactos o relaciones".

Entre sus labores está coordinar la entrega de secuestrados, intercambio de prisioneros, recogida de restos de desaparecidos o transmitir mensajes.

Esa confianza ganada es resultado de "unos principios de neutralidad, independencia, que se guardan de forma muy estricta", pero también "del aval de toda una historia, de más de un siglo de trabajo, del respaldo internacional", y en el caso de Colombia de una labor de 30 años, apuntó.

Recordó como en 2008, durante la Operación Jaque, por la que el Ejército colombiano rescató a 15 secuestrados, entre ellos la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, y usó logotipos del CICR para engañar a las FARC, la institución humanitaria sufrió la pérdida momentánea de la confianza por parte de los guerrilleros.

Por eso tildó aquel hecho de "abuso del emblema" por parte del Gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe.

"Nosotros dejamos claro que no participamos en eso, que fue un abuso del emblema, pero el tiempo termina apaciguando las cosas y devolviendo todo a su lugar; y el hecho de que seamos aceptados por todas las partes como intermediario neutral así lo demuestra", remarcó, al insistir en que "la confianza es algo que se la gana uno día a día, nunca se gana de por vida".

Raich también se comprometió a seguir trabajando en Colombia por el resto de secuestrados y que la ONG País Libre cifra en más de 400 a manos de distintos grupos armados, más allá de los uniformados que las FARC se ha comprometido a liberar en los próximos días.

"Nadie sabe cuantas personas hay en esa situación, nosotros seguiremos preocupándonos de ellos (...), nuestro trabajo no termina con estas liberaciones", prometió.

Raich concluyó que sólo espera que la liberación de los diez policías y militares, que calificó de "simbólica e importante", a partir del próximo 30 de marzo, sea "una señal que vaya a algo más, a una pacificación, a unas discusiones, a un futuro mejor, a una Colombia con menos violencia". EFE

erm/jrh

Mostrar comentarios