La lucha contra el narcotráfico en España, condicionada por la contabilidad estadística

El tráfico de drogas es un delito que no suele descubrirse porque alguien denuncie. Los que están en ese sucio mundo de la venta de estupefacientes no van habitualmente a la Policía para sacar a la luz sus prácticas o las de sus socios. Existen chivatazos, soplones, confidentes, pero no denuncias periódicas. En términos técnicos, se trata de un delito generado; es decir, que depende de las investigaciones y las intervenciones que realizan las fuerzas de seguridad. Cuanto más operaciones lleven a cabo los policías y los guardias civiles, más incautaciones efectúan y más delitos se reflejarán en las estadísticas.

El cómputo, por lo tanto, resulta engañoso en términos contables, ya que todo delito que se registra en el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior parece indicar automáticamente que ese es el número de infracciones que se han producido y sirve para valorar si está aumentando o disminuyendo ese de falta. Si los policías de un barrio, por ejemplo, trabajan más un mes y atrapan a más narcotraficantes y se incautan de más droga, la estadística refleja un incremento de los delitos de narcotráfico. Del mismo modo que cuando registran más homicidios contabilizan un aumento de estos crímenes.

Sin embargo, el razonamiento no sigue esa lógica. Un descenso del número de detenciones relacionadas con el narcotráfico del 6,4%, por ejemplo, como refleja el último Balance de Criminalidad publicado por el Ministerio del Interior referente al primer semestre del año en el conjunto de España, no conlleva necesariamente que haya disminuido este tipo de delito, sino que las fuerzas de seguridad han logrado resultados peores, bien porque han actuado menos bien porque no han tenido demasiada suerte en sus investigaciones.Un 6% menos detenidos

En concreto, entre enero y junio de 2014, Policía y Guardia Civil detuvieron a 6.310 personas vinculadas al comercio de sustancias estupefacientes, por las 6.739 del mismo semestre del año anterior. Esto puede deberse, según fuentes policiales consultadas por Seguridad y Tribunales, a que hay menos grupos operando y, por lo tanto, aunque las fuerzas de seguridad hagan el mismo trabajo, los resultados son menores. Sin embargo, también puede estar provocado porque los funcionarios han llevado a cabo menos operaciones.

Las citadas fuentes, de hecho, abogan por sacar este delito de la estadística o plantearlo de modo distinto. En el extremo contrario, en la comisaría del centro de Madrid, la que más denuncias recibe de España cada día, por poner otro ejemplo, las detenciones por asuntos de drogas aumentaron un 20% en el primer semestre del año. En Cáceres se multiplicó por tres la captura de delincuentes vinculados al comercio de narcóticos; las fuerzas de seguridad arrestaron a un 200% más personas que en el mismo periodo del año anterior. En Cádiz, aumentó un 26% el número de detenidos. En toda Andalucía, un 17%. ¿Se incrementa por eso la criminalidad? ¿O es que han realizado mejor su trabajo los policías y los guardias civiles?

Consideran las mencionadas fuentes que no parece justo que cuando un grupo lleva a cabo más operaciones y, por lo tanto, detiene a más delincuentes, las estadísticas lo contabilicen como un incremento de la criminalidad. En la práctica, apuntan, la presión política que se ejerce sobre los comisarios podría llevar a que algunos ordenaran no volcarse demasiado en el narcotráfico, ya que produce el efecto contrario sobre la imagen de la eficacia policial que quieren transmitir a sus superiores.

"No se dan cuenta de que, al luchar contra el tráfico de drogas, se lucha también contra otros delitos como los robos, la trata de personas, la inmigración ilegal, el comercio de las armas; ya que todos están relacionados", aseguran fuentes policiales.

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