La oposición no descarta nuevas elecciones para superar el bloqueo presidencial en Cataluña

    • Aprecian un "viraje de 180 grados" en la postura de Junts. "Ahora hablan de negociar con el Estado", dicen los socialistas.

     

Mas y Baños, en el segundo debate de investidura en el Parlament.
Mas y Baños, en el segundo debate de investidura en el Parlament.

Lejos de ser un camino “tranquilo”, como avanzó Antonio Baños (CUP) en su segunda intervención del 'no' a Mas, las negociaciones entre Junts y la CUP se mantienen prácticamente en las posiciones de salida. Esto es, que para unos la figura de Mas resulta irrenunciable-aunque sea en una presidencia de poder diluido-y para otros, el rechazo a su investidura ineludible.

El escenario de bloqueo, inédito en Cataluña, genera todas las incertidumbres sobre si finalmente el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP será posible- y en qué términos-o se agotarán los tiempos sin un 'president' investido. En este caso, la convocatoria de unas nuevas elecciones anticipadas gana enteros entre los grupos de la oposición catalana. Esencialmente, sostienen, porque, hoy por hoy, existen nulas alternativas para desencallar este escenario.  Y además, por las fracturas que la situación está provocando tanto en CDC como en la CUP.

Un amplio sector de convergentes, entre ellos algunos de los consellers de más peso en el Govern como Mas-Colell-ven con malos ojos las cesiones “a la desesperada” que se han hecho a los anticapitalistas y valoran la oportunidad de una nueva convocatoria electoral. Algunos reprochan al 'president' que trate de blindar su figura aún a costa de debilitar el procès.

El hartazgo se hace evidente también en los grupos de oposición, donde se entienden que las opciones son muy limitadas. Un “acuerdo débil” entre Junts y la CUP, con apenas capacidad operativa para responder a los problemas sociales o bien adelanto electoral, una probabilidad que se valora con cada vez más fuerza en Ciudadanos.“Los separatistas pretenden llevar a los catalanes a un callejón sin salida”, sostienen en el equipo parlamentario de Arrimadas. Su portavoz, Carlos Carrizosa, insiste en que Mas debe asumir la vía de la dimisión y dejar el camino despejado para otros comicios.

“Más allá de la investidura, veo muy difícil que Junts y la CUP puedan llegar a un acuerdo de gobierno para dirigir el país. Son dos proyectos antagónicos: la burguesía catalana frente a los anticapitalistas”, valoran en el PSC. Su líder, Miquel Iceta, proponía este lunes una solución a CDC:  abandonar el viraje independentista en favor de un gobierno “catalanista y de progreso”, en línea con el precedente de 2010, cuando el acuerdo entre ambas formaciones permitió a Mas la presidencia.  La propuesta de Iceta, “una alternativa para evitar el ridículo de mendigar apoyos para la investidura”,  buscaría conectar con el cada vez más amplio sector de convergentes molestos con las cesiones a la CUP.  "Un viraje de 180 grados"

Una salida que en el actual escenario parece tener pocas probabilidades de prosperar, pero que en filas socialistas no se descarta pueda acabar imponiéndose. “Con la veleta en la que se han convertido, veremos”, comenta Eva Granados, portavoz parlamentaria del PSC, quien aprecia en los convergentes un“viraje de 180 grados” entre la propuesta independentista aprobada por el Parlament el pasado lunes y recientes declaraciones de miembros del Govern, como el candidato  de varios de sus dirigentes, como Francesc Homs, quien este mismo martes ha admitido que los soberanistas no disponen de mayoría suficiente para culminar el proceso hacia el Estado propio y ha instado a un proceso negociador con el Gobierno resultante del 20-D. “Ruptura y negociación no caben en el mismo proyecto”, advierte Granados.

Las divisiones que el proceso y las negociaciones están provocando en la bancada convergente no pasa desapercibida para la oposición. “Según qué posicionamientos, hay una parte del gobierno que no aplaude”, sostiene la número dos de Iceta.

De acuerdo al CEO, el 'CIS' catalán, Junts pel Sí revalidaría resultados en unas eventuales elecciones, mientras que la CUP vería aumentada su representación en hasta ocho escaños.  La oposición duda de que ése sea el resultado y consideran que una parte importante del electorado de Junts pel Sí apoyó la candidatura para “dar fuerza a una negociación con el Estado”, pero no para aprobar una declaración de ruptura.

En Catalunya sí que es Pot, por su parte, eluden valorar el futuro escenario. “De lo que se trata es de hacer todo lo posible porque el Parlament sea totalmente operativo y desde él se pueda hacer frente a los muchos problemas de la ciudadanía y a la gravísima situación de emergencia social que vive Cataluña”, afirman.

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