La oposición tunecina, entre confiada y escéptica con nuevo primer ministro

Miguel Albarracín

Túnez, 15 dic.- La oposición tunecina mostró hoy confianza, pero también escepticismo tras la elección anoche del ministro de Industria, Mehdi Yumaa, como la persona encargada de dirigir el Ejecutivo que deberá sacar al país de la actual crisis política y económica.

El portavoz del principal partido de la oposición, Nidá Tunis (La llamada por Túnez), Lasaad Akremi, expresó a Efe su "confianza" en el futuro primer ministro, que describió como "un buen trabajador, serio y responsable, vista la forma con que ha trabajado en el Ministerio de Industria".

A pesar de que el representante de Nidá Tunis, Tayef Bacuche, se retiró ayer de la reunión entre los principales representantes de las fuerzas políticas para encontrar un candidato de consenso a la jefatura del Gobierno, Akremi no dudó hoy en alabar el trabajo de Yumaa.

Asimismo, el portavoz del Nidá Tunis, que no consiguió imponer a su candidato a formar un nuevo Ejecutivo, consideró que "lo más importante es que Yumaa es un tecnócrata".

"Creo que es neutro, por lo que puede ser positivo para todos", agregó el portavoz.

El pasado 5 de octubre, la alianza gubernamental dirigida por el islamista Al Nahda y la oposición tunecina acordaron entablar un diálogo nacional para elegir un presidente de Gobierno de consenso que deberá elegir un gabinete formado por tecnócratas.

Según la hoja de ruta ratificada por los líderes políticos, Yumaa dispondrá a partir de ahora de dos semanas para anunciar los nombres de su nuevo equipo, antes de que el actual Gobierno del islamista Ali Laridi presente su dimisión.

Paralelamente a los contactos de Yumaa, el Parlamento deberá acelerar sus trabajos para la redacción de la nueva Constitución y la celebración de elecciones legislativas y presidenciales lo antes posible.

En sus declaraciones a Efe, Akremi también remarcó que la crítica efectuada por parte de la oposición durante la sesión del diálogo nacional de ayer "iba más dirigida al método empleado en la elección" de Yumaa.

"Era una crítica de la forma, no del fondo", se justificó Akremi.

El nuevo primer ministro se impuso anoche con el apoyo de nueve de los once votos pronunciados durante la reunión, después de que los principales partidos de la oposición reagrupados en la plataforma Frente de Salvación Nacional, decidieran no participar.

Para el líder izquierdista de la coalición del Frente Popular Hama Hamami, "no ha habido consenso, ya que solo 9 partidos de los 21 (que participan en el diálogo) votaron a Yumaa".

En una rueda de prensa, Hamami reprochó al partido gubernamental, el islamista Al Nahda, el haber "vetado" los nombres de varios de los candidatos a formar el nuevo Gobierno.

De la misma postura que Hamami, se mostró Isam Chebbi, uno de los responsables del partido Al Yumhuri, que considera que Yumaa "no es una personalidad consensuada".

Según el político y analista Tarek Chaabuni "visto lo prolongado de la crisis política y la gravedad de la crisis económica, lo mejor ahora es dejar al nuevo primer ministro trabajar".

"Estamos en una posición de expectativa y reserva más que de oposición" precisó a Efe.

"Ahora debemos (la oposición) concentrarnos más en hacer avanzar las otras cuestiones de la hoja de ruta, como finalizar la redacción de la Constitución y preparar las próximas elecciones", agregó Chaabuni.

Según el principal mediador de la crisis, el líder del sindicato Unión General de los Trabajadores Tunecino, Husín Abassi, el diálogo nacional proseguirá el próximo día 18 para centrarse en la aplicación de la agenda acordad por las distintas fuerzas.

"El nuevo Gobierno que deberá estar compuesto de personalidades independientes deberá asegurar el clima necesario para la celebración de elecciones", declaró anoche Abassi, tras la designación de Yumaa.

Asimismo, el líder sindicalista destacó que las prioridades son "resolver los problemas políticos, económicos y de seguridad, en especial el del terrorismo".

La designación de Yumaa, celebrada en la fecha límite fijada por Abassi, tiene lugar, además, tres días antes del tercer aniversario del comienzo de las revueltas sociales que en 2011 acabaron con el régimen del dictador Zin el Abidín Ben Alí.