La OTAN busca renovarse en la cumbre de Lisboa

  • Las nuevas amenazas internacionales y la crisis económica obligan a la organización internacional a reestructurarse. Además la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la OTAN establecerá los criterios de la retirada de las tropas de Afganistán, aunque sin fijar un calendario, ante la crecientes señales de impaciencia de algunos países participantes.

La OTAN trazará en Lisboa la pautas de la salida de Afganistán
La OTAN trazará en Lisboa la pautas de la salida de Afganistán
Agencias

Las nuevas exigencias y las nuevas amenazas internacionales, sumadas a la crisis económica obligan a la OTAN a adaptarse a los nuevos tiempos, a reestructurarse.  Y esto es lo que tienen que decidir los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN que se reúnen desde este viernes en Lisboa.

El nuevo "concepto estratégico" de la Alianza, un documento que recoge sus objetivos básicos, debe aprobarse este mismo viernes. Por ello, el anfitrión de la reunión, el primer ministro portugués, José Sócrates, ya advirtió de que la OTAN "no es la policía del mundo" y tiene que reforzar la cooperación entre países y organizaciones.

"Esta cumbre entrará, sin duda, en la historia de la organización", dijo Sócrates, tras resaltar la importancia de las nuevas amenazas para la seguridad global a las que debe responder, entre ellas el terrorismo, los ciberataques, la piratería y el crimen organizado.

Retirada de Afganistán

Sin embargo, el tema estrella de la cumbre será la misión de la OTAN en Afganistán. De hecho, el presidente afgano, Hamid Karzai, ha sido uno de los primeros gobernantes en llegar a la capital lusa, donde el sábado se decidirá el futuro de la misión internacional en su país en una reunión entre los 28 miembros de la Alianza y los veinte más que aportan tropas.

En esta cumbre se establecerán los criterios de la retirada de las tropas de Afganistán, aunque sin fijar un calendario, entre la crecientes señales de impaciencia de algunos países participantes.

El futuro de la misión internacional en Afganistán, ISAF, es uno de los puntos más importantes de la cumbre de líderes aliados. Este sábado se acordará formalmente el inicio de la transición, que pasa por comenzar a entregar a comienzos de 2011 a manos afganas la responsabilidad de la seguridad en las zonas menos conflictivas del país.

El proceso de transición debe estar en marcha en todo el país para finales de 2014, según las últimas previsiones de la Alianza Atlántica.

Los países que participan en la misión de Afganistán, entre los que figuran los miembros de la OTAN y una veintena de no miembros, esperan el inicio de la transición para poder comenzar a replegar a sus soldados, que suman 131.000 de 48 naciones.

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, confía en que su país pueda comenzar a retirar sus tropas en 2012, según escribió en un artículo de opinión publicado en el diario Die Welt.

"Aunque sujeto siempre a la evolución del estado de la seguridad, nuestro objetivo es empezar en el año 2012 a reducir nuestro contingente" en Afganistán, apuntó Westerwelle, un proceso que podría culminar en 2014.

Otros países, entre ellos Francia o Suecia, han anunciado ya que iniciarán la retirada de sus contingentes en 2011 ó 2012, mientras que Holanda ya ha repatriado durante este año a la gran mayoría de sus soldados.

A pesar de que la OTAN insiste en que la transición a manos afganas se hará solo en las zonas donde se den las condiciones adecuadas, a fin de garantizar que es un paso definitivo y los insurgentes no logran reasentarse, los anuncios de estos países muestran la creciente impaciencia ante el costo humano y económico de la operación.

Las fuerzas internacionales han sufrido 2.220 bajas mortales en Afganistán en los nueve años de operaciones militares, de las cuales 1.395 eran estadounidenses y 825 de los demás países participantes, según la página de internet icasualties.org.

Sin embargo, la OTAN insiste en que la decisión del sábado no se convertirá en un pistoletazo de salida y que el inicio de la reducción de tropas se hará "de forma coordinada", según dijo una portavoz de la Alianza, Carmen Romero.

El proceso tiene que ser "irreversible" y para ello debe hacerse de forma segura, al tiempo que se deja claro a los afganos y los países de la zona "que no nos estamos yendo", añadió la portavoz.Seguridad en la cumbre

Para garantizar que la cumbre atlántica sea segura, Portugal ha extremado la vigilancia policial en la capital y los controles en los aeropuertos y en su única frontera terrestre, con España, en la que practicó varias detenciones y expulsiones.

El Servicio de Extranjeros y Fronteras luso (SEF) informó de que en las últimas 24 horas se había "controlado" a 82.552 personas e impedido la entrada a 127 extranjeros por motivos de seguridad relacionados con la conferencia de dos días de la Alianza Atlántica.

Dirigentes de las organizaciones civiles que han preparado una "contra-cumbre" en Lisboa acusaron a las autoridades lusas de no permitir el paso, sin motivo justificado, a pacifistas que intentaban sumarse a sus actos.

Además, la policía portuguesa detuvo a once personas e incautó varias armas blancas y una de fuego, así como material considerado "anti-OTAN" o utilizable contra las fuerzas de seguridad.

Pero los movimientos pacifistas más activos ante la cumbre de Lisboa, la Plataforma portuguesa Anti-Guerra Anti-Nato (PAGAN) y el Comité Internacional de Coordinación (ICC) de la coalición "No to War No to NATO", aseguraron que sus iniciativas son de "desobediencia civil" y "estrictamente no violentas".

El fuerte dispositivo de seguridad puesto en marcha por las autoridades portuguesas ante la cumbre incluye dos blindados policiales, aviones de combate, una fragata y cerca de 10.000 efectivos, entre policías, bomberos, sanitarios y protección civil.

Una de las mayores preocupaciones de las fuerzas de seguridad son los brotes de violencia que puedan surgir el sábado, cuando las organizaciones anti-OTAN han convocado su manifestación principal, en la que temen la presencia de miembros del grupo "Black Block", de orientación anarquista y violenta.

La cumbre se celebra en el Parque de las Naciones, un complejo de edificios, centros de ocio y pabellones feriales levantado para acoger la Expo de 1998, que ha sido tomado prácticamente por las fuerzas policiales.

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